“Para mí, los grandes personajes femeninos de la tragedia griega son Electra, que hice de joven, y los que me quedaban pendientes por mi edad que eran Fedra y Medea...”, dice la actriz Marcela Ferradás, quien protagonizará desde el viernes 21 en el Teatro San Martín “Fedra”, en versión de Juan Mayorga, dirigida por Adrián Blanco.
Ferradás: "Fedra está sola en un mundo de hombres"
La adaptación del español Juan Mayorga está basada en las diferentes apariciones del personaje clásico, desde Eurípides y Séneca a Racine y Unamuno. Horacio Peña interpretará a Enone, personaje femenino.

El elenco se completa con Horacio Peña, Marcelo D’Andrea, Francisco Prim, Gastón Biagioni y Emilio Spaventa y cuenta con músicos en escena. Ferradás fue la impulsora del proyecto, convocó al director y juntos revisaron varias versiones del clásico hasta que optaron por la del español Mayorga (“El cartógrafo”, “Animales nocturnos”, “La vida es sueño”). Dialogamos con ella.
Periodista: ¿Por qué soñaba con Fedra?
Marcela Ferradás: En los últimos diez años intenté proponer yo misma los personajes, quise darme posibilidades que no surgían por otro lado. Me convocaban para trabajar, pero no siempre aparecen los personajes que uno quiere. Quería unir mis dos grandes pasiones, el teatro y la literatura. Fedra es la mujer que, por amor, llega al acto de crueldad más absoluto. Venía de hacer una heroína en “La muerte y la doncella”, de Ariel Dorfman, en el Cervantes, venía de encarnar una artista recuperada con un problema de discapacidad en “Las primas”, de Aurora Venturini, y llegué a Fedra, que conjuga mi gusto por la tragedia griega. Mi papá, de chiquita, me leía de todo pero también mitología griega, me nutrí de eso, estudié latín y griego y todo el imaginario de la mitología está muy en mí.
P.: ¿Qué tiene de particular esta adaptación de Juan Maryorga?
- F.: Mayorga aporta una vuelta de tuerca que la aproxima a la que le dio Jules Dassin en los ‘ 60 en la versión para Melina Mercouri. Fedra e Hipólito tenían relaciones sexuales pero acá no llegamos a eso. Hipólito no descubre a Fedra, no la condena, se condena él protegiéndola a ella porque algo le mueve. El texto de Mayorga nos permite hacer una lectura muy acorde a los tiempos actuales, Fedra está sola en un mundo de hombres, fue arrancada de su patria , algo que atraviesa toda la épica. Los héroes y los reyes robaban y tomaban a las mujeres como objetos y se las llevaban. Teseo hizo eso con Fedra y antes lo hizo con Ariadna para salir del laberinto y la abandonó después. A Fedra se la llevó de su patria y su nodriza, Enone, fue la que primero le dijo que se estaba dejando morir, que estaba loca y enferma porque se había enamorado de su hijastro. La versión de Mayorga es de un alto nivel poético que entra muy bien en la boca a los actores y son fáciles de escuchar.
P.: ¿Por qué el personaje de la nodriza Enone está encarnado por Horacio Peña?
- F.: Porque tiene mentalidad patriarcal y Fedra, por sus consejos, desemboca en la tragedia. No es que Peña haga de mujer, él como hombre encarna a una mujer que tiene mentalidad masculina, atravesada por el machismo. Todo lo que hace Enone es para salvar su propia vida porque si matan a Fedra, la matan a ella. Con Horacio Peña consultamos a Mayorga si no era muy arriesgado que Enone lo hiciera un hombre, le explicamos nuestros argumentos y él estuvo de acuerdo.
P.: ¿Cómo es esta puesta , con coro ausente en la dramaturgia pero no en la puesta, que se desarrolla en un especie de lugar de entrenamiento?
- F.: Tiene un tratamiento de tres frentes, el público está como metido en la escenografía, le hablo a ese público y el público soy yo. Hay símbolos masculinos y gladiadores en ese lugar de entrenamiento militar, lo que contrasta con el espacio de Fedra, que es una especie de tatami japonés, una gran cama, una pira sacrificial, un gran carro siempre tirado por otros, me llevan, me traen, me ponen, Fedra es objeto,
Fedra está enloquecida porque no tiene poder de acción. Además hay una música maravillosa y algunos personajes están identificados por instrumentos musicales, Fedra con los timbales, Teseo con el corno e Hipólito con los cuencos tibetanos.
P.: ¿Cómo fue el trabajo con el director para llegar a las zonas buscadas?
- F.: Fue un trabajo extenuante, de una rigurosidad extrema, Adrián es un director que trabaja de afuera para adentro, a letra sabida y marcando el desplazamiento de los personajes, luego el trabajo del actor está en comprender y darle vida, ponerle carne y alma para que esas marcas se hagan orgánicas. Fueron ensayos de seis días por semana seis horas sin parar.
P.: ¿Cómo ve la escena del teatro oficial, off y comercial?
- F.: El oficial ofrece la posilibidad que el resto de los teatros no tiene, presenta espectáculos de una producción imposible para el off y a precios muy accesibles. En esta época de crisis en que la gente deja de ir al teatro, eso lo hace distintivo. El teatro ha bajado 50% en recaudación. Una pareja gasta 1800 pesos para ver un espectáculo y algo más para tomar un café porque ya no se cena.
Entonces el oficial sigue permitiendo acceder a textos maravillosos. La sala Martín Coronado del teatro San Martín se llena con “Hamlet” a precios impensados para un productor privado porque no lo puede sostener. El oficial es nuestro último reducto.
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