11 de abril 2011 - 00:00

Avión presidencial en la mira por bacilo

La empresa estatal Líneas Aéreas del Estado (Lade) proveyó leche vencida a la flota de aviones presidenciales. La novedad se descubrió en el vuelo del T-01 que iba a abordar Cristina de Kirchner el lunes pasado, tras su estadía en Santa Cruz para la conmemoración del 2 de abril.

El lote de leche de una marca de primera línea se iba a consumir en el desayuno con 10 días más que la fecha de caducidad indicada en su envoltorio. Lo detectó antes de su embarque al T-01 el personal de la Secretaría de la Presidencia que dirige Oscar Parrilli, el funcionario estalló en uno de sus habituales ataques de cólera y se detuvo la maniobra.

El área de seguridad presidencial (Casa Militar) a cargo del teniente coronel Agustín Rodríguez, junto a Lade, proveedor del catering a los aviones, quedaron en el ojo de la atención oficial. Lade, regenteada por la Fuerza Aérea Argentina, se ocupa por contrato del abastecimiento de alimentos a los aparatos de la presidencia, e inclusive ha realizado el catering a aviones de mandatarios de la región. «Consumir leche con la fecha de caducidad vencida es de alto riesgo para la salud, puede dar lugar a intoxicaciones severas. Entre ellas, las gastrointestinales con sus efectos diarreicos, vómitos, que pueden agravarse con infecciones en todo el cuerpo, incluso en el sistema nervioso central», describió a este diario un bromatólogo de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat).

El hallazgo del lácteo vencido desató una caza de brujas en la Casa Militar, destino castrense siempre proclive a las intrigas, que se extendió hasta las oficinas de la exazafata Silvia Prol, responsable del catering de Lade. La Casa Rosada minimizó el incidente -no fue más que un error quizá por el apuro en cargar los insumos-, aclaró a este diario una fuente oficial. Puertas adentro, el núcleo duro de la seguridad presidencial puso la lupa a todo el escalón logístico a partir de la conformidad que dio Prol a la expedición de los productos. Está en juego el desempeño del teniente coronel Rodríguez, militar formado en inteligencia, quien llegó al entorno de máxima responsabilidad en la seguridad de la presidente de la mano del subjefe del Ejército y director de Inteligencia del arma, general de división César Milani. La preocupación surgió de alinear episodios «raros», que comenzaron en 2009 con la interferencia a las comunicaciones entre el helicóptero presidencial y la torre de control de Aeroparque, el robo de miles de dólares y euros destinados al Tango 01 en la gira de Cristina de Kirchner a Oriente Medio, la rotura de un ala del T-04, un Fokker F-28, mientras estaba estacionado en la base aérea El Palomar (se investiga por presunto sabotaje) y ahora el caso de la leche vencida.

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