24 de enero 2017 - 22:35

Blooper económico en informe de Oxfam sobre desigualdad

Alertaba que las 8 personas más ricas del mundo tienen la misma riqueza que la mitad del planeta. Con ese criterio, un bebé en Zambia es más rico que un joven de Harvard.

Difusión. El informe de Oxfam tuvo alto impacto en medios internacionales y locales. Contenía serios errores en la comparación de ingresos.
Difusión. El informe de Oxfam tuvo alto impacto en medios internacionales y locales. Contenía serios errores en la comparación de ingresos.
El economista catalán Xavier Sala-i-Martín puso luz sobre un difundido informe de Oxfam, una ONG que apunta a reducir la pobreza en el mundo. En el marco del Foro Económico Mundial de Davos, alertaba sobre que las 8 personas más ricas del mundo tienen la misma riqueza que la mitad del planeta. Aplicando principios económicos básicos, demuestra que es falsa esa conclusión. Aclara obviamente que el mundo tiene pobreza y desigualdad, pero no en los niveles que Oxfam alerta. Y que en las últimas décadas, tanto la pobreza como la desigualdad estuvieron disminuyendo en el mundo.

Estas son las principales afirmaciones de Sala-i-Martin, publicadas en su sitio de internet:

• Oxfam acaba de publicar un informe criticando el sistema económico actual. Pero lo que más ha llamado la atención mediática del informe es la afirmación de que las 8 personas más ricas del planeta tienen la misma riqueza que la mitad de la humanidad. Sólo tiene un pequeño problema: ¡es falsa. La propia Oxfam NO HACE ningún estudio de la distribución de la riqueza en el mundo! Según confiesan los propios autores, ellos simplemente toman (también acríticamente) un estudio realizado por Anthony Shorrocks y Jim Davids para el banco Crédit Suisse. El problema para Oxfam es que el estudio de Credit Suisse comete errores metodológicos graves.

• El primer error es que utiliza el tipo de cambio nominal de mercado para comparar la riqueza de diferentes países. La riqueza de los ciudadanos de cada país está expresada en la moneda que se utiliza en ese país. Es decir, la riqueza de los italianos está en euros, la de los norteamericanos está en dólares, la de los nigerianos en nairas y la de los chinos en yuanes. Para poder comparar esas riquezas, se tienen que poner en las mismas unidades. La manera más sencilla de hacer esa transformación es utilizar el tipo de cambio nominal. El problema es que esa solución es equivocada.

• A modo de ejemplo, comparemos la riqueza de un colombiano que tiene 3 millones de pesos con la de un americano que tiene 10.000 dólares. ¿Quién es más rico? La reacción instintiva es la de utilizar el tipo de cambio. El cambio de hoy es 3.000 pesos por dólar. Tomamos 3 millones de pesos y los dividimos por 3.000 pesos por dólar y vemos que los 3 millones de pesos equivalen a 1.000 dólares al día de hoy. Como el americano tiene 10.000 dólares y el colombiano solamente 1.000, el americano es 10 veces más rico que el colombiano. O utilizando la comparación de Oxfam: la riqueza de un americano equivale a la de 10 colombianos.

• Al utilizar el tipo de cambio, sin embargo, lo que implícitamente hacemos es imaginar que el colombiano toma su riqueza en pesos, se va al banco y los cambia por dólares. Con esos 1.000 dólares puede comprar 10 veces menos bienes y servicios que el norteamericano. El problema es que esos 1.000 dólares los tendría que gastar en Estados Unidos y no en Colombia (porque en Colombia no se utilizan dólares, sino pesos). La realidad, sin embargo, es que el colombiano no se va a gastar el dinero en Estados Unidos, sino en Colombia. Y todo el mundo sabe que los bienes y servicios en Colombia son más baratos que en Estados Unidos, por lo que el poder adquisitivo en Colombia es superior. Imaginemos que el americano se gasta sus 10.000 dólares en Estados Unidos y el colombiano se gasta sus 3 millones de pesos Colombia. ¿Cuántos bienes van a poder comprar cada uno? Para hacer una comparación fácil, imaginemos que ambos se gastan su riqueza comprando hamburguesas Big Mac. El precio de un Big Mac en New York es 8 dólares y en Colombia, 14.300 pesos. Con 10.000 dólares, el americano se compra 1.250 hamburguesas mientras que con 3 millones de pesos el colombiano se podrá comprar 210 Big Mac. Y 1.250 Big Mac son 6 veces más que 210 Big Mac. Es decir, el poder adquisitivo del americano es 6 veces mayor que el del colombiano y no 10 veces como decía el análisis del tipo de cambio. O, en la terminología de Oxfam, la riqueza de un americano equivale a la de 6 y no 10 colombianos. Hace décadas que los economistas entendieron este problema y descubrieron que no se puede utilizar el tipo de cambio para comparar el poder adquisitivo del dinero de diferentes países, sino que se tiene que corregir por la "paridad del poder adquisitivo" (PPA).

• El segundo sesgo que ocurre cuando utilizas el tipo de cambio es que éste puede fluctuar de un año para otro. Y cuando el dólar sube, uno llega a la conclusión de que los norteamericanos son más ricos y los demás más pobres cuando, en realidad, eso no es verdad. ¿A nadie le ha llamado la atención el hecho de que el año pasado el título de Oxfam era "Los 62 más ricos del mundo tienen la misma riqueza que la mitad de la humanidad"? Sí, sí. El año pasado eran 62 y este año sólo 8. De hecho, hace dos años no eran ni 8 ni 62, sino 85. Y esas variaciones en el número de ricos que equivalen al 50% de la humanidad sólo demuestran una cosa y es una cosa que no tiene nada que ver con la riqueza o la pobreza: ¡el dólar ha estado subiendo en relación con la mayoría de países emergentes en los últimos años!

• Un segundo error metodológico cometido por la gente de Oxfam-Credit Suisse es que no tiene en cuenta la riqueza de muchos ciudadanos pobres de la mayor parte de países. Una gran parte de los ciudadanos de todo el mundo no tiene riqueza financiera (acciones, bonos, fondos de inversión) y tampoco son propietarios de tierras o bienes inmuebles. Eso no quiere decir que no tengan riqueza. Lo que pasa es que su riqueza está en forma de bienes de consumo duraderos: coches, muebles, ropa, televisiones, ipads, teléfonos celulares, bicicletas, motocicletas, heladeras y otros electrodomésticos, relojes y joyas. Para nosotros, en Occidente, una bicicleta o una moto puede no representar mucho, pero hay muchas familias en el mundo emergente en las que esa bicicleta o esa moto es todo lo que tienen. Pues bien, según reconocen los propios autores del estudio de Credit Suisse citado por Oxfam (página 119), para la mayor parte de países, los datos excluyen esos bienes duraderos. Y claro, si excluyes arbitrariamente la única riqueza que tiene una parte de la humanidad, pues llegas a la conclusión equivocada de que su riqueza es cero. Pero no es que su riqueza sea cero, ¡es que los autores han decidido arbitrariamente la única riqueza que tienen!

• El tercer problema grave del análisis de Oxfam-Credit Suisse es que analiza la riqueza neta de los ciudadanos. La riqueza neta es la diferencia entre las posesiones y las deudas. Si uno no tiene ninguna riqueza y se compra una casa valorada en X con un crédito de X, su riqueza neta sigue siendo 0 (si restamos la deuda X del valor de la casa, X, nos sigue saliendo cero). El problema es que, si en lugar de una vivienda uno se compra un coche (u otro bien duradero), entonces Oxfam contabiliza la deuda pero no el valor del coche! Por lo tanto, ¡Oxfam dice que tiene una riqueza neta NEGATIVA! Y en su estudio hay MUCHA gente con riqueza neta negativa. A todos los que se han endeudado para comprar bienes duraderos hay que sumar a los emprendedores que se han endeudado para crear sus empresas (también tienen riqueza negativa), más los estudiantes que se endeudan para estudiar. De hecho, según el estudio de Oxfam-Credit Suisse, el 9% de la población mundial tiene riqueza neta negativa. Eso incluye al 10% de los europeos y al 9% de los norteamericanos. Esto hace que el estudio de Oxfam capture cosas muy raras. Por ejemplo, cualquier bebé recién nacido en una choza del poblado más miserable de Zambia, al tener una deuda de cero, es más rico que el 10 de la población europea y el 9% de la norteamericana.

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