30 de octubre 2013 - 00:00

Cede Obama y ya estudia cancelar el espionaje a líderes aliados

El director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la organización estadounidense encargada del espionaje electrónico, Keith Alexander, enfrentó la furia de manifestantes al comparecer ayer en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
El director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la organización estadounidense encargada del espionaje electrónico, Keith Alexander, enfrentó la furia de manifestantes al comparecer ayer en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes.
Washington - En medio de una crisis sin precedente del sistema de inteligencia de los Estados Unidos, el Gobierno y el Congreso de ese país se disponen a redoblar el control de las actividades de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la todopoderosa organización encargada del espionaje electrónico en el país y el mundo. Por un lado, el presidente Barack Obama está dispuesto a ordenar el fin de las escuchas a jefes de Estado y de Gobierno de países aliados, dijo ayer The New York Times, y por el otro, un grupo bipartidario del Congreso apunta a poner fin al escrutinio de las comunicaciones personales de millones de norteamericanos.

Según el diario neoyorquino, el mandatario reaccionaría así a la crisis diplomática desatada tras las informaciones sobre el espionaje al que se sometió durante años al teléfono celular de la canciller alemana, Angela Merkel, afirmó el periódico, que citó como fuente a congresistas y funcionarios del Gobierno. Según se informó, el espionaje a Merkel se produjo entre 2002 y hasta mediados de este año.

De concretarse la prohibición de esas prácticas, EE.UU. estaría ante un cambio fundamental en las actividades de la NSA, para muchos un monstruo fura de control.

El comité del Senado responsable de los servicios secretos anunció una revisión completa. Por otro lado, legisladores influyentes se preguntaron cuál será la definición de "aliados" que dejará a algunos líderes mundiales fuera o dentro del espionaje. Por caso, dijeron, tanto el Reino Unido como Pakistán suelen ser calificados de ese modo, pero no cabe esperar que en la práctica se les dé un trato similar.

Según The New York Times, los trabajadores de la NSA no sólo estaban autorizados a recopilar datos sobre los números de teléfono a los que llamaba Merkel, sino también a escuchar sus conversaciones.

En tanto, un grupo de legisladores demócratas y republicanos introdujo ayer en el Congreso un proyecto de ley que pretende poner fin a la recolección de millones de registros telefónicos de ciudadanos por parte de la NSA.

El proyecto es impulsado por el senador demócrata Patrick Leahy, presidente del Comité Judicial del Senado, y el congresista republicano Jim Sensenbrenner, jefe del Subcomité contra el Crimen y el Terrorismo de la Cámara de Representantes.

La Ley Patriota, aprobada tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, "ayudó a mantener seguros a los estadounidenses, pero en algún lugar a lo largo del camino se perdió el equilibrio entre la seguridad y la privacidad", argumentó el Sensenbrenner.

Mientras, la portavoz de Obama sobre política de seguridad, Caitlin Hayden, dijo que el proceso de revisión sobre el funcionamiento del sistema de inteligencia estará terminado antes de fin de año.

El periodista estadounidense Gleen Greenwald -quien publicó cables filtrados por el exinformante Edward Snowden- replicó mientras tanto las declaraciones de la Casa Blanca de que el espionaje de la NSA servía a la lucha antiterrorista. "Nada de esto tenía que ver con el terrorismo", dijo a la CNN.

Agencias DPA, EFE y AFP, y Ámbito Financiero

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