Colombo, Sri Lanka - Cientos de civiles murieron en un duro ataque de las tropas del Gobierno de Sri Lanka en el nordeste del país contra la debilitada guerrilla de los Tigres de Liberación Tamil Eelam (LTTE), según informó ayer Tamilnet, una página web próxima a los insurgentes.
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El médico S. Shanmugaraja, que trabaja en la zona rebelde, dijo que se recuperaron 257 cadáveres y que había más de 800 heridos.
Sin embargo, el Gobierno niega haber atacado una «zona segura» decretada por las autoridades y calificó como «propaganda rebelde» las acusaciones.
Liberados
El vocero del Ejército Udaya Nanayakarra señaló que las fuerzas de seguridad liberaron a más de 700 civiles que estaban en poder de los insurgentes y que los muertos en los combates fueron combatientes.
Entre los muertos se encuentra el número dos de las fuerzas navales de la guerrilla, Chelliyan, confirmaron fuente de los insurgentes y del Ejército.
En este contexto, las Naciones Unidas instaron nuevamente a las partes en conflicto a poner fin a la violencia. «Ambas partes deben terminar con el derramamiento de sangre», dijo el portavoz de la ONU en Colombo, Gordon Weiss.
El LTTE, que llegó a controlar amplias zonas en el norte y este de Sri Lanka, se encuentra arrinconado por los militares en una franja costera de unos cinco kilómetros cuadrados al norte de la ciudad de Mullaitivu.
En la zona de combates se encuentran atrapados todavía unos 50.000 civiles, según estimaciones de la ONU. La presión internacional hizo que el Ejército haya dejado de emplear armas pesados y de efectuar ataques aéreos, de acuerdo con la versión gubernamental.
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