28 de febrero 2019 - 00:01

Krzysztof Zanussi: una lección fáustica en cine

Maestro de la pantalla europea en los 70 y 80, siempre apreciado en nuestro país (su primera película, "La estructura de cristal", fue premiada en el Festival de Mar del Plata de 1970), acaba de visitar la muestra uruguaya donde presentó su film más reciente, "Éter", que vuelve sobre el mito de Fausto.

Zanussi. El director polaco católico, que fue amigo personal de Juan Pablo II (a quien le dedicó un film) estuvo en Punta del Este.
Zanussi. El director polaco católico, que fue amigo personal de Juan Pablo II (a quien le dedicó un film) estuvo en Punta del Este.

Punta del Este - El hecho más importante de la 22ª edición del Festival Internacional de Cine de Punta del Este, que acaba de finalizar, ha sido la asistencia del director polaco Krzysztof Zanussi con su más reciente realización, “Éter”. La retrospectiva organizada por el Festival incluyó otros dos títulos: “Our God’s Brother”, basada en una obra de Karol Wojtila (Juan Pablo II) e “Iluminación”, su tercera película, presentada en impecable copia remasterizada. Dialogamos con el director de grandes títulos de la pantalla europea del siglo XX como “El factor constante”, “Vida familiar” y “Balance de un matrimonio joven”.

Periodista: Su primer largometraje, “La estructura de cristal”, fue presentado y premiado en Mar del Plata. ¿Qué recuerdos guarda de aquel festival de 1970?

Krzysztof Zanussi: Para mí Mar del Plata tiene importancia porque fue el primer país extranjero donde presenté mi largometraje inicial. Hay una anécdota divertida que recuerdo. Al haberse atrasado mi vuelo llegué directamente a la sala, después de casi veinte horas desde mi partida de Polonia. Cuando el presentador me preguntó sobre el director más influyente en mis inicios de carrera, quise mencionar a Robert Bresson. Pero tuve un lapsus de memoria y por algún motivo pensé en otro Bresson, Cartier Bresson. Y, como no me venía el nombre completo, mencioné inexplicablemente a Marcel Proust. Entonces el presentador me miró sorprendido y me dijo: “¿Proust? Pero Proust no era director de cine” y yo, para salir del paso, le respondí lo primero que se me ocurrió: “Es cierto, pero él anticipó el cine”.

P.: En “Iluminación”, la historia gira alrededor de un físico. Dado que usted también siguió esa carrera, ¿cuánto hay de autobiográfico en ese personaje?

K.Z.: En verdad la considero una “autobiografía intelectual”, o sea una versión muy libre de mí mismo. Luego de graduarme en Física estudié Filosofía, pero fue el cine el que finalmente ganó la pulseada. Respecto a “Iluminación” hay un hecho a señalar y es que el personaje principal fue interpretado por un estudiante mío, Stanislav Latallo, que murió escalando el Himalaya un año después. Era un actor prometedor y además ya había filmado dos cortometrajes, con lo que su muerte me produjo una gran tristeza.

P.: En el festival de Punta del Este vimos los últimos minutos de su película “Persona non grata” (2005). ¿Qué nos puede decir de ese film y su decisión de proyectar únicamente esas escenas finales?

K.Z.: “Persona non grata” (2005) fue filmada parcialmente en Uruguay, aunque las escenas donde aparece Nikita Mijalkov como actor fueron filmadas en Europa. Elegí mostrar el final porque hoy considero que hay “un error académico”, al tener la película tres finales innecesarios.

P.: ¿Dónde estudió cine y quiénes fueron sus profesores o referentes?

K.Z.: Estudié en la Escuela de Lodz, donde también se graduaron entre otros Wajda, Polanski y Kawalerowicz. Mi gran maestro fue Andrzej Munk, quien facilitó mi carrera al ayudar a la presentación del mediometraje “La muerte de un provincial”. Fue mi trabajo de graduación, que se presentó exitosamente en el Festival de Venecia. Aquí también tengo otra anécdota singular. La película trata sobre la muerte de un viejo cura provincial y en esa época los temas religiosos no eran bien vistos en los países marxistas como Polonia. Sin embargo, como no había prácticamente diálogos (los monjes en los claustros casi no hablan), se decidió enviar dos copias iguales a Rusia (Moscú) y a Alemania Occidental y en la misma semana la película ganó, simultáneamente, dos premios en ambos países.

P.: ¿Qué directores de cine, contemporáneos y antiguos, admira?

K.Z.: Son muchos, pero entre los primeros mencionaría a Pawel Pawlikowski y su película “Ida”, uno de cuyos personajes, una cruel procuradora, también aparece en mi penúltimo largometraje (“Cuerpo extraño”). Otro es Martin Scorsese, cuyo film “Silencio” es uno de los más grandes de la historia, así como a Andrei Zvyaginstev. De los antiguos mencionaría a Fellini, Wajda y Kieslowski. De este último recuerdo su afirmación de que los aspectos técnicos no son, para el artista, los fundamentales. Kieslowski opinaba que no tiene mucha significación el tipo de cámara que use un director, y yo mismo creo que no importa mayormente que el cine sea o no digital.

P.: Su nuevo trabajo, “Éter”, está ambientado en una región que no siempre perteneció a Polonia. ¿Qué fue lo que lo motivó a su realización?

K.Z.: La región donde transcurre cambió de país varias veces (Polonia, Ucrania) y la acción transcurre en 1912, poco antes de la Primera Guerra Mundial. La película es una coproducción con Ucrania, Lituania y Hungría. Algunos de mis actores más veteranos aparecen en papeles menores como Tadeusz Bradecki (“El factor constante”, “Espiral”) y Malgorzata Pritulak (“Iluminación”). Me interesó el personaje principal: un médico militar que utiliza el éter para control del dolor, pero también con fines menos éticos.

P.: En la impresionante escena inicial se ve cuando una joven a la que le aplica el líquido muere, y otro a punto de ser ahorcado es indultado a cambio de un pacto con el diablo.

K.Z.: Efectivamente, he sido siempre un admirador del mito de Fausto lo que me llevó a escribir un guión alrededor de un personaje “mefistofélico”. Este mito es principalmente europeo, siendo el personaje principal la personificación del mal. Es un ser no creyente que vende su “alma” porque cree que ésta no existe. Sin develar cómo termina el film, diré que al final él va a descubrir que el alma en verdad existe.

P.: ¿Éter” ya se presentó en otros países o festivales?

K.Z.: Tuvo su primera proyección en el Festival de Gdynia, en Polonia, y luego en Roma, Santa Bárbara, en los Estados Unidos, y la semana que viene estaré en India, en Bangladore, para presentarla. Acabo de llegar de Ucrania, país coproductor, donde se estrenó en forma simultánea en 100 salas, sobre un total de 180 en todo el país.

P.: ¿Qué nos puede decir de futuros proyectos?

K.Z.: Hay más de uno, pero por el momento ninguno en ejecución. Soy muy cuidadoso en ir adelante con un nuevo trabajo hasta que no tenga la seguridad de conseguir la financiación. Recuerdo que Fellini, con quien llegué a tener buena comunicación en sus últimos años, tenía varios proyectos que no pudo concretar. Por ello, para evitar la frustración, iré adelante sólo cuando vea la potencialidad de su realización y si no prefiero abandonar el proyecto.

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