2 de septiembre 2008 - 00:00

Cree el gobierno que el dólar subirá sólo 10% en un año

• El nuevo Presupuesto lo ubica a $ 3,35 en un año (igual que los mercados a futuro en Nueva York). Casi un dólar menemista, al menos para industriales y gente de campo quejosos. Si se cumple el dato, no parece una buena inversión; a pesar, inclusive, de que se lo imagina en ascenso frente a otras monedas en los mercados mundiales. • Cuesta aceptar un dólar con esa tasa de suba frente a un proceso de inflación que nadie sitúa en menos de 20%. Pero esa contracción justamente es la que evitaría que el costo de vida se dispare. • Como el gobierno insistirá en la política de Guillermo Moreno con el INDEC, en el Presupuesto se refugia una inflación oficial de 7,9%. Más de la mitad de lo que crecerá el dólar. • Para el gobierno, ese nivel de tipo de cambio le garantiza una recaudación adicional por las retenciones. No lo hace, entonces, por la redistribución del ingreso, aunque el salario saldrá favorecido. Igual que en tiempos de Menem.

Roberto Lavagna
Roberto Lavagna
El gobierno entró en la recta final para definir el proyecto de Presupuesto Nacional 2008 que debe presentar al Congreso antes del próximo 15 de setiembre. Si bien todavía falta que pase por el visto bueno final de la Casa Rosada -el Ministerio de Economía aún define los últimos cálculos-, algunos adelantos que se conocieron ya muestran que, aunque sin estridencias, habría este año un cambio de estilo en el Presupuesto en relación con lo que fueron los presentados por Néstor Kirchner durante su gobierno.

Que Cristina de Kirchner no acepte firmar decretos de necesidad y urgencia no es un dato menor en relación con el manejo presupuestario. Esos instrumentos fueron indispensables para reasignar partidas y administrar la mayor recaudación producto de los excedentes que tuvo Néstor Kirchner durante su mandato.

  • Realismo

  • Esta vez la situación no será la misma y es por eso que se espera un Presupuesto más realista -sin subestimar recursos, ni sobreestimar gastos, como supo imponer Roberto Lavagna en su paso por el Ministerio de Economía-, de manera de evitar que la mayor recaudación luego deba ser ajustada.

    El capítulo de los superpoderes, que le permiten al Poder Ejecutivo realizar esos ajustes, pasará también por otros carriles. No debe olvidarse que el gobierno cuenta con esas facultades extraordinarias en tres sistemas distintos: las que le otorga el artículo 37 de la Ley de Administración Financiera y los órganos de control -que le permite ejecutar gasto de capital como corriente o modificar el Presupuesto con el solo límite de no excederse en el gasto máximo-, los poderes incorporados en la Ley Complementaria Permanente de Presupuesto y las facultades que cada año se incluyen en la propia Ley de Presupuesto anual. Posiblemente sean estos últimos, los menos necesarios, los que moderen o eliminen del proyecto, pero con la autorrestricción de emitir DNU que se impuso Cristina de Kirchner sin dudas necesitará mantener poderes especiales para que el jefe de Gabinete disponga los cambios en partidas. De lo contrario debería contar con una mayoría automática y efectiva en el Congreso para que apruebe las modificaciones presupuestarias sin demoras.

    Pero esos datos son sólo el comienzo de un proyecto que mostrará cambios importantes no sólo por la administración de partidas, sino también por las exigencias fiscales que deberá afrontar Cristina de Kirchner en 2009.

    Por lo pronto se sabe que el gobierno calcula un dólar en $ 3,35 para todo el año próximo y una inflación de 7,9%. Eso implica mayores ingresos a través de los gravámenes a las exhortaciones, pero también un ajuste hacia arriba en cuanto al tipo de cambio en relación con la suba de precios.

  • Fuerte carga

    No es un secreto que el gobierno deberá enfrentar una fuerte carga en el gasto por la suba en el pago de jubilaciones. Será, quizás, el mayor incremento en el gasto junto con los compromisos de deuda que se deberán cancelar.

    Fuera de la disponibilidad para el pago de servicios de la deuda que otorga el superávit, el gobierno deberá conseguir financiamiento extra por unos u$s 10.000 millones.

    Que el gobierno utilice un dólar de $ 3,35 como base de cálculo para el Presupuesto 2009 no sólo tiene implicancias en la recaudación, sino también en el saldo de las cuentas del Banco Central. Hoy el dólar se ubica en $ 3,05 y la autoridad monetaria necesita cerrar el año con un nivel cercano a $ 3,14 tanto para equilibrar costos como para garantizarle al Tesoro el aporte anual que hace el BCRA a sus cuentas.
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