11 de diciembre 2013 - 15:34

Déficit comercial: el problema es la oferta exportable

Déficit comercial: el problema es la oferta exportable
Este año posiblemente el comercio con Brasil arrojará un déficit del orden de los u$s 3.200 millones. Es casi el doble del registrado en 2012. Aunque bien lejos del récord histórico de 2011 con más de u$s 5.800 millones.

Pocos recuerdan que en los prolegómenos del nacimiento del Mercosur se escuchaban voces temerosas de que el pez grande se iba a comer al chico, mientras otros clamaban que asociarse con Brasil era como subir al tren del desarrollo y que sería la Argentina la que se beneficiaría de la iniciativa regional.

Pasaron los años y si bien la Argentina tuvo períodos donde hacían pensar que la balanza se inclinaría siempre del lado criollo, la evolución del comercio bilateral de los últimos años parece haber dejado otras señales.

Más allá de aciertos y errores de la estrategia y la política comercial de las administraciones kirchneristas, lo que queda claro es que algo no funciona del todo bien en el comercio bilateral, en términos de que el desbalance a favor de Brasil ha alcanzado niveles preocupantes. Vale señalar que en la primera etapa del Gobierno de Néstor Kirchner cuando la avalancha de divisas conspiraba contra el elevado nivel del tipo de cambio competitivo, el rojo comercial era, de cierta forma, una válvula de escape que descomprimía el mercado cambiario llevándose parte del excedente a manos de los exportadores brasileños. Hoy, y desde hace dos años es todo lo contrario, el intercambio con Brasil es parte del drenaje de divisas.

Pero quizás lo más relevante es que nada parece indicar que haya algún cambio estructural para revertir el saldo de la balanza bilateral.

Al analizar la estructura y evolución del comercio con Brasil surgen algunas paradojas y peculiaridades. Por un lado, es cierto que ganaron terreno las exportaciones de productos industriales. Esto es principalmente, por no decir excluyentemente, el sector automotor. Lo cual es sumamente beneficioso para toda la cadena de valor del aparato manufacturero argentino. Pero sin hacer ningún cálculo de externalidades ni evaluación social del impacto económico de este aumento de las ventas externas de autos al Brasil, el problema es que al final de cuentas la Argentina termina importando muchos más autos y autopartes y otros componentes del conglomerado automotor que su socio. Precisamente ese sector y el autopartista, en este último principalmente radica el génesis del déficit con Brasil.

Históricamente el principal producto exportado a Brasil era el trigo, del cual el país vecino dependía suicidamente para abastecer su demanda interna. Ya no es así debido a las trabas a la exportación y a la caída de la producción criolla.

AUTOS Y AUTOPARTES

Ahora son autos los que lideran el ranking de los principales 100 productos exportados a Brasil. En los últimos años hubo algunos cambios significativos , como ser combustibles y energía eléctrica que irrumpieron entre las mayores importaciones desde Brasil. Incluso, años atrás entre los tres primeros se destacaban los teléfonos celulares.

El punto es que Brasil no dejó de importar a lo largo de todos estos años. Es más, viene incrementando sus compras al resto del mundo en forma sostenida. Quiere decir que la economía brasileña, y en particular su aparato industrial, requiere y demanda bienes y servicios importados para acompañar su nivel de actividad porque no logra abastecerse localmente. De modo que mercado hay. El problema de la Argentina es que no logró generar ni construir ni armar una oferta exportable que calce con la demanda de importaciones brasileñas. Brasil necesita bienes y servicios que la Argentina aún no ha sabido o no ha podido proveer. Sin duda es el desafío por delante. Mientras tanto otros proveedores, más lejanos, como China y algunos países europeos, aprovechan los nichos de mercado en Brasil.

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