Detuvieron a un supuesto libanés que confundieron con terrorista

• OTRA SOBREACTUACIÓN DE LA MINISTRA DE SEGURIDAD PATRICIA BULLRICH, QUE TERMINÓ EN PAPELÓNFue en el aeropuerto de Ezeiza, cuando intentaba ingresar al país. Pero al final no era miembro de Hezbollah, sino un traficante de poca monta.

Pifia. La ministra Patricia Bullrich confundió a un libio nacionalizado paraguayo que traficaba drogas y tenía varios cheques rebotados en bancos brasileros con un peligroso terrorista libanés, miembro del Hezbollah, que operaba en la Triple Frontera.

"¿Estamos seguros, no?", preguntó la ministra. La respuesta afirmativa no dejó lugar a dudas. Y entonces Patricia Bullrich le dijo a su asistente: "Tuitealo". A las 21:48 del miércoles 7 de septiembre comenzaba a cristalizarse un nuevo papelón protagonizado por la funcionaria con mayor índice de error que tiene el Gobierno de Mauricio Macri. "El Sayed, sindicado como terrorista y con pedido de captura por narcotráfico detenido por @Migraciones_AR y @SeguridadPSA en Ezeiza", decía el mensaje de Twitter publicado en la cuenta @PatoBullrich. Ocho minutos después, otro tuit completaba el nuevo blooper: "La captura de "El Sayed" es fruto del trabajo conjunto del @MinSeg @SeguridadPSA y @Migraciones_AR".

La noticia corrió como reguero de pólvora: "Cae peligroso terrorista libanés en operativo conjunto de las fuerzas de seguridad argentinas", decían los graphs televisivos y los titulares de los sitios de noticias. "Si este es terrorista, yo soy Usain Bolt", aseguró un ex agente de inteligencia, con más de veinte años de trabajo en la zona de la Triple Frontera, ante la consulta de este diario. La fuente -que trabajó en Sala Patria de la ex SIDE cuando se investigó el atentado a la AMIA- aportó otro dato que resaltaba en medio de la confusión: "La gran mayoría de estos muchachos que viven en la Triple son mercaderes de drogas, personas, mercaderías y hasta armas, pero difícilmente tengan que ver con el terrorismo".

La ilusión duró poco. En las primeras horas de la tarde de ayer, las autoridades argentinas debieron admitir que habían cometido un error, otro más en la larga lista que acumula la gestión de Bullrich. Khalil Mohamed El Sayed no es libanés, como se presumió equivocadamente, sino libio nacionalizado paraguayo, que nunca estuvo -como se afirmó oficialmente- en una lista de personas comprometidas con el terrorismo en los Estados Unidos. Al parecer, la confusión se generó por un error en el nombre de pila del detenido. En el pasaporte se lee claro "Mohamed" con "e" y no "Mohamad", con "a". El documento no era falso, sino que es legal. En definitiva, se equivocaron de persona. El sospechoso, que fue detenido anoche en el aeropuerto cuando intentaba ingresar al país y trasladado a la Unidad Penitenciaria 1 de Ezeiza, sólo tenía un pedido de captura de la Justicia de Brasil en una causa por narcotráfico que tramita ante los tribunales del estado de San Pablo y varios cheques rechazados por diferentes entidades bancarias brasileñas. "El Sayed formaba parte de la banda de Marwan Marino Baalbaki, una de las organizaciones narcocriminales más conocidas de Foz do Iguaçu y estuvo preso cuando la Policía desbarató al grupo", confió a Ámbito Financiero una fuente de la policía civil brasilera. El Sayed fue alojado en la cárcel de Ezeiza en calidad de detenido y la investigación quedó a cargo del juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena.

Territorio peligroso

La Triple Frontera es una zona donde operan organizaciones que se dedican a traficar entre los tres países todo lo que les permita obtener una ganancia significativa. En ocasiones se sospechó que en la región se escondían miembros de grupos terroristas ligados a los atentados contra la embajada de Israel y la AMIA, e incluso agentes de la ex SIDE realizaron tareas de inteligencia sobre varios de estos ciudadanos de origen musulmán. Uno de ellos recordó en diálogo con este diario: "En 1997 seguimos a un libio que se llamaba igual que el que detuvieron ayer; el tipo gerenciaba una tienda donde vendían artículos electrónicos y atendía un supermercado en Ciudad del Este. Lo invitamos a que nos acompañara y en una habitación del hotel Rafaíni, en el centro de Foz, lo interrogamos exhaustivamente, pero no pudimos demostrarle ningún vínculo con el terrorismo".