- ámbito
- Edición Impresa
Diputados y Desarrollo, dos butacas ardientes en la tirria PJ-La Cámpora
LICENCIADO, SCIOLI DEJA MOVER A CACIQUES DESAFIANTES Y A "PIQUETEROS" RIVALES DEL NEOCAMPORISMO
Matías Garfunkel, empresario que en el último tiempo se acopló al mundo La Ñata -en 2013 estuvo a una firma de ser candidato en la lista de Sergio Massa- fue el único "agregado" que se apareció a saludar. Scioli llegó y se fue con el staff que lo escolta siempre: Lautaro Mauro, Diego Juárez y Julián Colombo, el secretario que lo ayudó a estudiar. También Alejandro Delgado Morales, un histórico de la comunicología sciolista que se encarga de la prensa internacional.
Antes de llegar a la UADE, donde empezó a estudiar en los '70 y abandonó años después, Scioli anudó varias actividades y armó una agencia cargada para el resto del día. Rindió en un subsuelo y al irse cuando unos alumnos le hicieron señas, Scioli los saludó con los dedos en V.
Fue, así y todo, en un momento incómodo. Scioli había fantaseado con una especie de pequeño festejo público pero su faltazo al debate le sacó brillo al episodio. En cada escala de su largo lunes, al candidato lo persiguió la decisión de no participar del encuentro organizado por Argentina Debate.
A 20 días de la elección, el candidato intercaló climas políticos. Veamos.
• Cuando decidió no asistir al debate, con el argumento de que sería agresivo y de que había expuesto su plan en el teatro Opera, Scioli especuló con que sin su presencia, Mauricio Macri desistiría y, de ese modo, el cruce de candidatos se desactivaría. No ocurrió: el porteño fue y aunque le tocó ser el puching ball de los demás postulantes, se escudó en la ausencia de su principal rival, el candidato que mejor rankea en las boletas.
• Como la mayoría de las decisiones que tomó en los últimos tres meses, Scioli no consultó con Cristina de Kirchner ni con Carlos Zannini -se lo informó a su vice como le trasmitió la decisión a Eduardo "Wado" de Pedro, su principal enlace con Olivos- sobre ir o no al debate. Es, como otras determinaciones, un costo que corre por cuenta y orden del candidato, y como el tono y enfoque de la campaña, no siempre es bien visto en la Casa Rosada.
• Sistemáticamente hay quejas, que Scioli deriva o ignora, sobre declaraciones de gobernadores del PJ, en particular Juan Manuel Urtubey, que tiene como mandato implícito decir lo que Scioli no puede decir. La exposición del salteño ante el Council of Americas valió quejas y objeciones, en particular de Aníbal Fernández, que comparó las posturas políticas e ideológicas de Urtubey con las de Macri. El salteño es la voz más silvestre y desafiante del mundo peronista, la figura que se recorta como el antagonismo a La Cámpora y se desmarca de los modos de Zannini y de la línea económica que promueve Axel Kicillof con total respaldo de Cristina de Kirchner.
• Hay que seguir, si las urnas así lo dicen, un rubro en particular donde la liga de gobernadores pulseará con el neocamporismo: la jefatura de la Cámara de Diputados. Allí, el kirchenrismo impulsa a "Wado" de Pedro y los gobernadores pretenden que el cargo lo ocupe José Luis Gioja. La cinchada por ese sillón se perfila como la primera disputa intergeneracional, incluso días antes de la hipotética asunción de Scioli.
• Ayer, en el Luna Park, organizado por el jefe de Gabinete y de campaña sciolista, Alberto Pérez, el candidato del FpV tuvo su acto con cooperativistas, una actividad muy vinculada a organizaciones sociales, en particular el Movimiento Evita, el grupo que hace años tiene una disputa sorda y feroz con La Cámpora, que se hizo visible cuando el M-E de Emilio Pérsico se "retiró de Unidos y Organizados (UyO) a modo de protesta por los modos de conducción del neocamporismo, en particular Andrés "Cuervo" Larroque, a cargo del armado territorial. Tras la reelección de Cristina en 2011, los sectores juveniles motorizaron la variante de convertir a Larroque en sucesor de Alicia Kirchner en Desarrollo Social, opción que no prosperó aunque a través de otras figuras, como Rodríguez Rodríguez, "Rodra", y Santiago Révora, en posiciones primordiales del manejo social.
• Scioli no deslizó, hasta acá, nombres sobre posibles ministros de Desarrollo Social, aunque algunos en el PJ sugirieron que podrían continuar Carlos Castagneto -que es candidato a diputado como Julio De Vido y Diego Bossio, firmas de las tres "cajas" más acaudaladas del gobierno- mientras que la versión que, interesada, empezó a circular propone a Cristina Álvarez Rodríguez, quien envió a algunos "exploradores" a hablar con funcionarios de Desarrollo. La ministra de Gobierno sciolista se negó, en días aciagos, a jurar como ministra de Desarrollo bonaerense así que podría suponerse que no se siente atraída por ese rol. Sin embargo, las organizaciones sociales quieren intervenir y ternan a Álvarez Rodríguez, a quien entienden como "más accesible".
Dejá tu comentario