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El Papa deja Israel y las controversias

Una multitud entusiasta acudió ayer a la misa que ofreció Benedicto XVI en Nazaret. El Papa llamó a la concordia entre cristianos y musulmanes.
Desde 1999 se registran tensiones por el proyecto de construir una mezquita cerca de la basílica de La Anunciación, proyecto que fue bloqueado en 2001.
El Papa pidió de nuevo paz así como «unidad» en el seno de la Iglesia, en una región que cuenta con al menos seis ritos católicos.
Recordando el valor simbólico de Nazaret, «la ciudad de María, José y Jesús, es decir la Sagrada Familia», el Pontífice pidió defender la «dignidad» de la familia como elemento clave para lo que llamó la «ecología humana».
La llegada del Papa se produjo entre vítores en italiano, español y árabe, y ante gente que izaba banderas amarillas y blancas, los colores del Vaticano, y de otros países, entre ellos Italia, Estados Unidos, España, India y Australia.
Miles de personas, provenientes de varias ciudades de Israel así como de Europa y Estados Unidos, asistieron a la misa.
El Pontífice, que vestía una sobria sotana dorada con mitra del mismo color, estaba relajado y alegre bajo el moderno altar con toque oriental montado en el alegórico anfiteatro.
«Estamos felices por esta visita a Tierra Santa», aseguró Wisam Haddad, un profesor de matemática de Jaffa, cerca de Tel Aviv, quien acompañó a un grupo de 200 alumnos.
Benedicto XVI visitó por la tarde la basílica de La Anunciación y la gruta del Santuario, que según la tradición fue el lugar donde el arcángel Gabriel se le apareció a María, que estaba encinta, para anunciarle el nacimiento de Jesús.
Allí celebró la oración de la tarde, con cantos en árabe y plegarias en hebreo, inglés, francés, español y alemán.
Santo Sepulcro
Hoy, último día de su viaje, realizará una visita a la basílica del Santo Sepulcro y orará en el Gólgota donde según los Evangelios se produjo la crucifixión, el entierro y la resurrección de Cristo.
En tanto, Benedicto XVI se entrevistó a la tarde con el premier Netanyahu en el convento franciscano de Nazaret. En el encuentro, de un cuarto de hora, se habló «fundamentalmente del proceso de paz y de cómo impulsarlo», dijo el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Netanyahu dijo anoche que como «representante moral» Benedicto XVI tiene que elevar su voz «contra las declaraciones iraníes sobre una intención de destruir Israel».
No puede ser «que a inicios del siglo XXI haya un Estado que diga que quiere destruir al Estado judío y no haya una voz categórica que condene esto», evaluó.
Netanyahu se manifestó satisfecho con la visita del Papa, que condenó claramente el antisemitismo y el odio contra Israel.
El primer ministro explicó que Israel quiere la paz con los palestinos, aunque en cuestiones de seguridad no se puede ceder. «No queremos dominar a ningún otro pueblo, pero tampoco queremos ver junto a nosotros un Estado terrorista respaldado por Irán, que amenace la seguridad de Israel».
Agencias AFP, EFE y DPA
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