En el segundo álbum póstumo de Michael Jackson, el cantante revive en ocho temas que jamás habían salido de los archivos del estudio. Grabados a lo largo de dos décadas, a partir de 1983, y descartados de grandes discos como "Thriller" y "Bad", estos tracks demuestran el talento de Jackson en bruto, ya que son demos que en muchos casos no tienen toda la parafernalia ni los arreglos propios de este icono pop, aunque justamente éste es el detallle que vuelve más interesante a "XCape".
Lo primero que llama poderosamente la atención es la química entre Jackson y nada menos que Paul Anka en el principal hit del disco, "Love never feel so good", muy buena canción compuesta entre estos dos grandes músicos de épocas distintas.
Entre el rango de canciones hay algunas más funkies que recuerdan que, finalmente, Michael Jackson salió de la usina de música soul de Berry Gordy, es decir el sello Motown, mientras que también hay sonidos más propios del Jackson del siglo XXI, con potentes teclados tecno.
Más allá de que son demos, los ocho tracks suenan estupendamente bien, y la única queja es que el disco se queda corto en duración, algo que se puede solucionar consiguiendo una edición especial "de luxe" que duplica la apuesta con el doble de temas, aunque básicamente es el mismo material de la versión normal de este disco que demuestra que, en lo que respecta a su música, hay Michael Jackson para rato.
| Diego Curubeto |
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