20 de julio 2016 - 00:00

El vía crucis de Shostakovich en la ex URSS

El vía crucis de Shostakovich en la ex URSS
En un palco reservado del Bolshói, el 26 de enero de 1936, Iósif Stalin, crispando sus manos, asiste a la representación de la ópera "Lady Macbeth de Mtsensk" de Dmitri Shostakovich. Dos días después, en el Pravda aparece el editorial "Caos en vez de música" donde se acusa al compositor de reaccionario y decadente. Se sospecha que fue escrito o dictado por el dictador soviético Shostakóvich tiene 28 años. Sabe lo que eso puede significar.

El inglés Julian Barnes revisa la vida de quien es considerado uno de los mayores compositores del siglo XX, ese Shostacovich que eligió vender su alma al comunismo, aceptando las presiones psicológicas, las imposiciones ideológicas, las limitaciones que imponían a su creación para poder sobrevivir y no ser, en el mejor de los casos, encerrado en un Gulag. Eso le da privilegios y beneficios. Barnes reaviva la polémica de si se trató de un militante o de un crítico del sistema pero atormentado por la cobardía que le impedía hacer públicas sus ideas o exiliarse.

"El ruido del tiempo" utiliza tres hitos centrales: el cuestionamiento de Stalin a su obra y su obediencia artística desde 1936, la crítica al formalismo, sus disculpas y su viaje a Nueva York como miembro de la delegación soviética al Congreso de la Paz Mundial de 1948, y su final afiliación al Partido Comunista en 1960 que lo lleva a presidente de la Unión de Compositores de la Federación Rusa. En torno a esos hitos se mueve la conciencia de Shostakovich evocando a su padre que lo lleva a la música, su infancia, su mujer y sus amantes, sus hijos. Barnes muestra hasta dónde es posible el sometimiento de un gran artista, con tal de sobrevivir bajo una ominosa dictadura.

M.S.

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