16 de agosto 2011 - 00:20

Estrategia de la oposición no incluye (por ahora) renuncias

Eduardo Duhalde, Ricardo Alfonsín
Eduardo Duhalde, Ricardo Alfonsín
Toda la oposición entró desde ayer en debate. Las estrategias que se siguieron hasta la primaria del domingo quedaron en suspenso y con pronóstico reservado después del resultado que le dio el 50% a Cristina de Kirchner, consagró un empate entre Ricardo Alfonsín y Eduardo Duhalde que dejó en estado vegetativo a los radicales, relegó a Hermes Binner a poco más del 10% y hasta dejó a Elisa Carrió al borde de no poder entrar en la nacional del 23 de octubre. Todos los comités de campaña reconocieron ayer que habrá cambio de estrategias, aunque por ahora no se esperan renuncias en los cargos mayores.

Uno de los debates que dejó claro la gravedad del impacto que produjo el triunfo de Cristina de Kirchner fue la velocidad con que las listas opositoras consultaron los límites de la ley para bajar candidaturas.

Quedó en evidencia, entonces, que existe una fecha límite para renunciar: el cronograma electoral establece que el 8 de setiembre se produce la oficialización de las listas por la Justicia Electoral. Hasta ese momento es posible presentar la renuncia; más allá la lista queda trunca, pero el proceso debe continuar.

Además hay antecedentes sobrados. En 1989, Juan Carlos Onganía, el mismo general que derrocase a Arturo Illia, levantó su candidatura presidencial presentada por el Partido Nacionalista Constitucional, por falta de apoyo cuando ya estaba oficializada.

Carlos Menem también aporta el ya clásico antecedente de la renuncia al balotaje de 2003, lo que llevó a la presidencia a Néstor Kirchner. Nunca se le abrió una causa porque legalmente estuviese obligado a pelear el balotaje. Esa causa habría abierto otro reproche: Néstor Kirchner podía asumir la presidencia cuando la ley electoral dice que para ser presidente hay que sumar el 40% de los votos. En 2003 logró el 22,24%.

Alfonsín estuvo ayer entre los primeros en reaccionar ante el resultado. El candidato radical convocó en las oficinas de la avenida Santa Fe a toda la mesa de campaña para analizar el 12 % obtenido y discutir los pasos a seguir, sobre todo en la provincia de Buenos Aires donde ya se escucharon los primeros crujidos en el acuerdo que mantiene allí con Francisco de Narváez.

Los dos candidatos se mostraron juntos la noche de la elección para despejar dudas, pero De Narváez, sobre todo, enfrenta una dura decisión: quedarse solo con ese acuerdo y privilegiar el crecimiento a partir del número obtenido por Alfonsín y el 16,77% que obtuvo su fórmula para gobernador en territorio bonaerense, o salir abiertamente a la caza del electorado que quedó afuera de su propuesta.

Eso implicaría incentivar el 23 de octubre el corte de la boleta presidencial privilegiando sólo la batalla por el Gobierno bonaerense.

En el radicalismo, además, comenzaron otros planteos internos por diferencias con el estilo de campaña de Alfonsín, que quedaron ocultas en los últimos días antes de la primaria. Ayer, desde Jujuy, Gerardo Morales adelantó que habrá reuniones en la UCR y un cambio de estrategia para llegar a la elección de octubre.

Carrió, además de asumir la derrota como personal (ver nota aparte), convocó a una reunión plenaria de la Coalición Cívica para decidir qué camino seguir hacia las elecciones. Para ella la situación es más difícil: el 6 de septiembre su fuerza se reunirá para «rearmar la estrategia» de cara a las elecciones del 23 de octubre y centrar la campaña exclusivamente en la promoción de los candidatos a diputados. Ese cambio implicará, prometen, hasta un giro en las proclamas partidarias.

El duhaldismo, por su lado, prefirió dedicar el lunes a descansar e insistir con sus denuncias de fraude. A partir de hoy habrá encuentros del candidato con cada uno de los dirigentes bonaerenses. Como sucedió en los últimos días, al duhaldismo le fascina insistir con que Alfonsín y Duhalde mantienen contacto continuo. Lo hacen con la misma fuerza con la que Alfonsín rechaza la existencia de esas conversaciones.

Pero un acuerdo de ese tipo hoy parece imposible: en primer lugar porque técnicamente no es tan fácil para un candidato bajarse de carrera y, además, porque no parece probable hoy que Alfonsín o Duhalde declinen candidaturas al estar empatados en el segundo lugar.

Hermes Binner
, que con el socialismo tiene gobierno garantizado en Santa Fe por otros cuatro años, lo que le impide complicarse la existencia en acuerdos peligrosos, ya salió ayer a descartar cualquier acercamiento con un opositor. «No hay espacio para ello, porque la ley es muy clara», dijo Binner. La ley y las finanzas, ya que los santafesinos hicieron un arte en estos últimos años para ser opositores y al mismo tiempo mantenerse a salvo de la ira de la Casa Rosada para no complicarse el manejo financiero de la provincia.

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