Excelente Douglas en un film a su medida

Michael Douglas brinda su mejor trabajo desde «Un día de furia» en «Un hombre solitario», sólida comedia dramática sobre el derrumbe personal y profesional de un exitoso hombre de negocios.

«El hombre solitario» (Solitary Man, EE.UU., 2009, habl. en inglés). Dir.: B. Koppelman y D. Levien. Int.: M. Douglas, S. Sarandon, D. DeVito, J.Eisenberg.

Dados los problemas personales que tuvo hace algún tiempo Michael Douglas con su adicción al sexo, debe haber puesto más que algo de sí mismo en esta comedia dramática dode realmente se luce en una excelente actuación. Douglas encarna a un hombre de negocios terriblemente exitoso, que sin embargo, cuando un chequeo de rutina se convierte en un posible problema cardíaco, tira todo por la borda, incluyendo un matrimonio feliz y su carrera profesional, que habiéndolo llevado a la portada de «Forbes», luego lo muestra en las revistas esposado por presuntas estafas.

Estos datos se van dando con cuentagostas en esta sólida producción de Steven Soderbergh, en la que Michael Douglas, protagonista casi absoluto, interpreta cada difícil escena -como la de las seducción de la hija de su novia- exactamente en el rango actoral adecuado, dejando entrever con cada uno de sus pequeños éxitos momentáneos la caída vertiginosa que está enfrentando el conjunto de su vida.

En este sentido, la decadencia del brillante vendedor de autos que en un momento debe casi suplicar que lo dejen ser camarero en un bar de segunda (luego de un reencuentro en la ficción y delante de la cámara con su viejo amigo Danny DeVito) tiene ecos de una de las mejores películas de Douglas, «Un día de furia», aunque ésta se juega en un tono totalmente distinto, por cierto mucho más amable, aunque obviamente sin dejar de tener su cuota amarga.

Filmada con el énfasis puesto en las buenas actuaciones del elenco, y sobre todo en los excelentes diálogos del guión de uno de los codirectores, Brian Koppelman, sin preocuparse mucho por ningún alarde visual, «EL hombre solitario» es una muy recomendable película, que funciona como fábula moral, algo raro en el Hollywood moderno.