Exportaciones no tradicionales

Franco Cangele está totalmente adaptado a Turquía. Son 1.800 los futbolistas argentinos por el mundo y hay para todos los gustos.

Están repartidos por todo el mundo. Los futbolistas argentinos juegan en los lugares más recónditos y son muy valorados. Por eso según un estudio realizado en Francia por el abogado Michel Pautot, especialista en derecho deportivo, nuestro país tiene más jugadores por el mundo que Brasil y es líder en exportación. Según este estudio hay 1.800 futbolistas argentinos jugando en el exterior, mientras que los brasileños son 1.440, un gran mérito teniendo en cuenta la diferencia de población entre un país y el otro. Brasil se acerca a los 200 millones de habitantes, mientras que la Argentina apenas supera los 40 millones.

Según Pautot: «Contar el número de extranjeros en un club es una cosa, pero su influencia es más grande de la que aparece en las cifras. A menudo los extranjeros son los máximos goleadores. En la Liga de Campeones, aparte de Wayne Rooney, el máximo goleador de la competición siempre ha sido un jugador extranjero». En enero de 2010 jugaron Portsmouth y Arsenal por la liga inglesa y en la cancha no había un solo jugador inglés. Dentro de este panorama los argentinos pasaron a ser líderes y a poblar mercados no tradicionales. En Grecia hay una veintena de futbolistas argentinos y en la mayoría de los países afiliados a FIFA hay, al menos, un argentino jugando.

Por ejemplo, el santafesino Gastón Moyano, delantero que después de hacer las inferiores en River y Newells dio vueltas por todo el interior del país (San Martín de Tucumán; Racing de Córdoba; Alumni de Villa María y San Lorenzo de Catamarca, entre otros) está jugando desde hace un año en Vietnam.

El delantero firmó para el Thanh Hoa, un pequeño equipo de un pueblo que queda a tres horas de la capital, Hanoi. Allí lo llevaron sus deseos de vivir del fútbol, como al ex Boca Franco Cangele, que lo hicieron recalar en Turquía, donde va a jugar su cuarta temporada, la tercera en el Kayserispor y a Roberto Colauti nacionalizarse israelí para jugar en la selección o al cordobés Héctor Bracamonte recalar en Rusia donde va por su séptima temporada. Otros, en cambio, no se adaptaron a la forma de vida y a los seis meses están de vuelta buscando reinsertarse en el fútbol argentino, la mayoría sin éxito.