A Boca le sirvió para salir del fondo de la tabla y San Lorenzo veía perdido el partido con 10 hombres y faltando 3 minutos. Lo cierto es que en una fecha casi neutra (8 empates), Boca y San Lorenzo desnudaron más miserias que virtudes.
Los gritos del clásico: Facundo Roncaglia se abraza con Damián Díaz y Gonzalo Bergessio grita con toda su voz. Boca y San Lorenzo empataron en un gol y los dos se fueron conformes.
Boca estuvo a punto de ganar sin merecerlo y San Lorenzo terminó festejando el empate como un triunfo, porque los minutos se iban agotando y parecía que no llegaba. Estaba jugando con diez hombres por la irresponsabilidad del «Chaco» Torres, que otra vez se excedió en el roce con los rivales y se fue expulsado.
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Boca no jugó bien. Volvió a tener problemas en la creación de juego y Palacio y Palermo estuvieron como perdidos en ataque, sin lograr desequilibrar a una defensa que no fue muy segura.
El árbitro Federico Beligoy terminó siendo determinante con sus aciertos y sus desaciertos. Acertó en el gol de Boca, bien apuntalado por su juez de línea, ya que el remate de Roncaglia fue sacado por Bergessio cuando ya había traspuesto la línea por completo, y también en la expulsión de Juan Manuel Torres, pero se equivocó feo al no sancionar un penal por una mano intencional de Juan Forlín en el área, que fue muy evidente y difícil de no ver, y el otro error, desafortunado por la conclusión, fue que no hubo falta de Juan Torres en el tiro libre que después de un rebote en el travesaño y el posterior corner terminó en el gol de Boca.
El partido fue vibrante, pero de trámite discreto. San Lorenzo buscó desequilibrar por los costados con Fabián Bordagaray y el «Papu» Gómez partiendo desde la mitad de la cancha, pero Silvera siempre quedaba en posición adelantada y Bergessio no encontraba la posición. Boca intentó con la manija de Damián Díaz, que fue discontinuo, pero no tuvo profundidad y especuló mucho con la ventaja conseguida por Roncaglia. Al final, Bergessio definió con categoría un buen pase de Cristian Chávez y se llevó toda la gloria.
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