29 de marzo 2018 - 08:11

Gattoni: “Vemos con preocupación las tasas de interés nacionales”

• DIÁLOGO CON ROBERTO GATTONI, MINISTRO DE HACIENDA DE SAN JUAN
Durante la visita a San Juan de una misión comercial de potenciales inversores norteamericanos, el funcionario de Sergio Uñac cuestionó la política financiera de Nación y la apertura de importaciones.

Roberto Gattoni
Roberto Gattoni
Periodista: ¿Qué expectativas tienen por la misión de empresarios de EE.UU.?

Roberto Gattoni: Estamos satisfechos. Es uno más de los esfuerzos que hace San Juan para atraer inversiones para diversificar la matriz productiva. San Juan se ha desarrollado dependiendo de la monoactividad. En el siglo pasado era la vitivinicultura. Cuando entró en crisis la vitivinicultura entró en crisis la provincia. Ahora es la minería, que representa el 75% de nuestras exportaciones. Es peligroso depender de un commodity. Tenemos que aprovechar el viento de cola para el desarrollo de otras actividades. Hoy tenemos una política tributaria expansiva, con exenciones en Sellos e Ingresos Brutos. Las metas del Pacto Fiscal que otras provincias se comprometieron a cumplir en 2021 en San Juan las tenemos cumplidas en la actualidad.

P.: Si no tuvieran cumplidas esas metas, ¿igual hubiesen firmado el Pacto?

R.G.: Sí, porque Argentina tiene que mejorar su competitividad e ir disminuyendo impuestos distorsivos. Pero hay que buscar el gradualismo. El Pacto puede ser efectivo si hay crecimiento sostenido en todo el país. Si se focaliza sólo en la Pampa Húmeda y en la soja, no alcanza. Si no despegan las economías regionales del oeste, difícilmente podamos tener una sustitución de ingresos que nos permitan amortiguar la baja de los impuestos.

P.: ¿Cuál es la situación de las economías regionales?

R.G.: Estas cuestiones pendulares que tenemos los argentinos de pasar de un extremo a otro. Era tan malo tener trabas a las importaciones con las DJAI donde no se podía importar absolutamente nada y teníamos paradas actividades porque no se podían traer maquinarias o repuestos, como abrir indiscriminadamente la importación. La importación de vino chileno es coyuntural, nunca formó parte del comercio entre Chile y Argentina. Tiene que ver con figuras parecidas al dumping. No contribuye al desarrollo de las economías regionales. También se suma la importación de pasta de tomate. San Juan es el primer productor del país. No alcanza lo que produce Argentina para satisfacer la demanda y abrimos la importación a la pasta subsidiada por el Gobierno italiano. Son políticas que no ayudan.

P.: ¿Se lo plantearon al Gobierno nacional?

R.G.: Lo hablamos con el ministro de Producción (Francisco Cabrera). Le dijimos que no es bueno que haya cordero patagónico brasileño, vino argentino con caldos chilenos o pasta de tomate italiana. Entendemos cuáles son las reglas de mundo, pero sabemos que la producción agrícola en Europa y Estados Unidos está subsidiada. Competir en esas condiciones es muy difícil.

P.: ¿Cuál fue la respuesta?

R.G.: "Trabajemos juntos. Veamos". Es una cuestión más importante: restringir importaciones en aquellos sectores donde no se justifican. Creemos en una economía abierta, pero gradual. Muchos de los costos que a nuestros productores no les permiten competir se los generamos los gobiernos con impuestos y cargas laborales.

P.: También fue crítico de las políticas financieras de Nación?

R.G.: Lo vemos con preocupación. Lo dicen los números: de cuatro dólares que entraron al país en los últimos dos años, tres fueron al circuito financiero. Con tasas del 27% anual, nadie está dispuesto a invertir. Por eso, desde la provincia subsidiamos las tasas de interés hasta 9,9% para inversión productiva. Se decía que tras el acuerdo con los holdouts iban a llegar las inversiones. Las inversiones no llegaron porque no hay crecimiento real. Si la tasa de interés no baja tendremos un problema.

P.: ¿Y qué opina del tipo de cambio?

R.G.: La política cambiaria no es desacertada, si bien es probable que esté retrasado. Tenemos un problema los argentinos, que estamos atados culturalmente al dólar. El que tiene un kiosco ajusta precios si el dólar sube aunque en su cadena de valor el dólar no intervenga. Es entendible la posición del Gobierno de ajustar el tipo de cambio, si bien lo deja flotar, e intervenir para que no se genere esa psicosis. A medida que haya crecimiento se avanzará a un tipo de cambio que permita a las economías regionales mejorar sus costos y ser más competitivas.

P.: Hacen hincapié en el superávit fiscal, ¿cuál fue la clave?

R.G.: Poner el foco en el control del gasto corriente. Tenemos una relación de empleo público acotada. Tratamos de que el gasto no vaya por encima de la inflación. Entonces, cuando tenemos crecimiento contamos con recursos para fomentar la actividad privada.

Entrevista de Ariel Basile.

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