Resumen del año; el Dow subió un 18,7% durante 2021 y el Nasdaq, de acciones tecnológicas ganó un 21,4%. Las emisiones en avance superaron en número a las que declinaron en el NYSE en una proporción de 1,23 a 1; en Nasdaq, una proporción de 1,98 a 1 favoreció a los que avanzaban.
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La bola le quedó grande
El S&P 500 registró 19 nuevos máximos de 52 semanas y ningún nuevo mínimo; el Nasdaq Composite registró 79 nuevos máximos y 54 nuevos mínimos. Por su parte Wall St. subió el primer día de negociación de 2022 y Apple alcanzó una capitalización de mercado de u$s3 billones. El Dow Jones de Industriales finalizó en 36.585,06 puntos ganando el 0,68%, el S&P500 se situó en los 4.796,56 puntos subiendo el 0,64% y el Nasdaq Composite apreciándose el 1,20% llegó a los 15.832,80 puntos.
El gobierno local de Danzhou, ordenó el domingo a Evergrande la demolición de 39 edificios en un plazo de diez días porque el proyecto viola las “leyes de planificación urbana y rural”, según se pudo saber extraoficialmente.
El 31 de diciembre, en un mensaje de fin de año para los empleados del grupo, su presidente y fundador, Xu Jiayin, anunciaba que la tasa de reanudación de los proyectos inmobiliarios del conglomerado había llegado al 91,7%, al tiempo que prometía un futuro brillante para la compañía. Sin embargo, el mes pasado, la agencia de calificación de deuda Fitch había declarado a Evergrande en suspensión de pagos por no abonar las cantidades que adeudaba a sus bonistas.
La agencia de calificación también mencionó entonces la “incertidumbre” acerca de la situación del grupo, que había creado recientemente un “grupo de control de riesgos” que contaba con la presencia de Xu Jiayin y con la de compañías estatales de la provincia sur oriental de Cantón y de instituciones financieras.
El banco central y los reguladores de bancos enviaron mensajes de tranquilidad asegurando que el riesgo de contagio de la crisis de Evergrande era “controlable”.
A fines de 2021, algunos comentarios apuntaron que el Partido Comunista había moderado su lenguaje con respecto al sector inmobiliario, lo que se interpretó como una posible flexibilización de las restricciones que Pekín impuso.
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