21 de enero 2010 - 00:00

La libertad de religión es aún materia pendiente

El reciente brote de violencia confesional en Nigeria, donde un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes arrojó desde el fin de semana un saldo no precisado aún de muertos, que podría ascender a 500, es una muestra más de la dimensión de un fenómeno gravísimo: el de las persecuciones religiosas.

En el mundo, 5 mil millones de personas viven en países donde la libertad de profesar un culto es todavía una asignatura pendiente. Así lo afirma un estudio dado a conocer recientemente por el Foro sobre Religión y Vida Pública del Pew Research Center, con sede en Washington. El organismo monitoreó la situación en 198 países, desde mediados de 2006 hasta mediados de 2008, para tomar la medida de cómo los gobiernos y los actores privados coartan las prácticas y creencias religiosas.

Algunas de estas restricciones, aclara el informe, son fruto de acciones gubernamentales, policiales y legislativas, pero otras resultan de actos hostiles privados, de individuos, organizaciones o grupos sociales.

Según el estudio, 64 naciones, un tercio del total, tienen altas o muy altas restricciones a la religión. Pero como algunos de los países más restrictivos son muy poblados, la cifra representa casi dos tercios de la población mundial total (6.800 millones de habitantes). En el otro extremo, apenas el 15% de la humanidad vive en países donde las religiones alcanzan el grado de libertad enunciado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

Los más altos niveles de restricción se encuentran en países como Arabia Saudita, Pakistán e Irán, donde tanto los gobiernos como la sociedad en general coartan la libertad religiosa. Pero la acción oficial y la privada no siempre van juntas. En Vietnam y China, por ejemplo, hay altos niveles de restricción gubernamental a la práctica de ciertos cultos, pero no se producen actos de violencia confesional entre grupos civiles. En países como Nigeria y Bangladesh, en cambio, a la acción oficial se suma un elevado índice de hostilidad social.

Desde un punto de vista regional, Medio Oriente y África del Norte son las áreas de menor libertad religiosa, mientras que en Europa, las Américas y Australia -donde el cristianismo es mayoritario- ese derecho está más y mejor asegurado. La reciente masacre, a la salida de la misa de Navidad, de un grupo de cristianos coptos en Egipto (constituyen el 10% de la población) vino a recordarle dramáticamente al mundo occidental -en el que la libertad de culto se ha naturalizado- que la persecución religiosa no es un tema del pasado.

En total, de los 2.000 millones de cristianos del mundo entero, más de cien millones, es decir el 5%, conmemoraron la última Navidad bajo un arco de restricciones que va de la prohibición total de la práctica de su culto (Arabia Saudita) a la violencia extremista (Sudán, Irak, Pakistán) pasando por situaciones de semilegalidad (China) y otras restricciones.

El estudio del Pew Research Center no se explaya demasiado acerca de Irak, tal vez porque se centra más bien en países autogobernados. Ahora bien, Sébastien de Courtois, historiador francés especialista en Medio Oriente, dijo al diario Le Figaro que el país donde más han sufrido los cristianos durante 2009 es, «sin dudarlo», Irak. Se trata de una comunidad religiosa dos veces milenaria que convivió en paz con la sociedad musulmana hasta que la guerra desató el caos civil. «No ha decrecido la tensión en la campaña de violencias iniciadas contra los cristianos desde 2003», denuncia Courtois. Una campaña de intimidaciones y atentados contra parroquias y escuelas de esa confesión que redujo el número de cristianos en Irak a la mitad. Originalmente eran unas 800.000 personas, la mitad de las cuales ha huido hacia Jordania, Siria, Líbano, Turquía e incluso Irán.

Es cuanto menos paradójico que los cristianos estén siendo más perseguidos precisamente allí donde esa fe tiene sus raíces.

Dejá tu comentario