17 de enero 2024 - 00:00

La memoria emotiva del covid: un documental favorito al Oscar

“A Small Little Voice”, sobre la obra silenciosa de una capellana de hospital que asistió a los moribundos.

una vocecita. Margaret “Mati” Engel, la capellana de hospital del film.
una vocecita. Margaret “Mati” Engel, la capellana de hospital del film.

Hoy salimos a la calle sin barbijo, entramos en ascensores o medios de transporte público atestados, sin acordarnos siquiera del covid. Pese a que hay varias advertencias de rebrote, no con la antigua virulencia, desde luego, para muchos el recuerdo de la peste y el encierro es sólo eso, un recuerdo. Pero no es así en todo el mundo, al menos oficialmente. Italia, China y Kazajstán, por ejemplo, celebran Días Nacionales de Luto por sus víctimas de covid. España tuvo 10 días de luto nacional oficial. México, un país en el que la muerte, culturalmente, tiene una importancia decisiva, un mes. Sin embargo, el director de cine Luke Lorentzen, recuerda que en los Estados Unidos, que tuvo más de un millón de víctimas, no hay conmemoración.
Lorentzen es uno de los más firmes candidatos al Oscar de este año con su documental “A Still Small Voice” (“Una vocecita”). La publicación independiente IndieWire ha dicho que el film, de 93 minutos, “es tan impresionante porque, aunque en realidad no trata de covid en absoluto -la palabra sólo se menciona un par de veces-, se ocupa del procesamiento de emociones fuertes que la cultura estadounidense tiende a reprimir mediante la negación, el esparcimiento y la adicción al trabajo”. Protagonista real de este film es Margaret “Mati” Engel, una capellana de hospital que completa su residencia en el Monte Sinaí de Nueva York, desde septiembre de 2020 (cuando comenzó el rodaje) hasta el verano de 2021.

“‘A Still Small Voice’ es un documento de un sentimiento muy generalizado durante la pandemia”, dijo Lorentzen a la citada publicación. La película también se centra en el supervisor de Engel, el ministro episcopal David Fleenor. El documental registra cómo ambos y otros miembros de su equipo consuelan a los pacientes moribundos y a los seres queridos de los que ya han fallecido. Fleenor dice, en la película, que su método era el opuesto al habitual. “Para los estadounidenses, lo importante es siempre la acción. Vamos, muévete, haz algo, no te quedes parado. Y no. A veces es fundamental quedarse quieto, junto a la persona que sufre. No tenía sentido andar corriendo de un lado al otro para traer frazadas o lo que fuere; hay gente especializada que hace eso. Nosotros debíamos tenderle la mano al moribundo, estar a su lado, quietos.

“A Small Little Voice” no es la primera película que se hace sobre la pandemia. Hubo importantes documentales, como “In the Same Breath” (2021), de la cineasta chino-estadounidense Nanfu Wang (una película más política, sobre las reacciones de China y los Estados Unidos ante el estallido de la pandemia), óptica que se contrapone en su totalidad a nueva. Para Lorentzen, antes que un film sobre el covid es un film sobre el duelo, y la forma de sobrevivir a él. El director, de 30 años, cuenta entre sus antecedentes “Midnight Family”, un documental sobre un equipo de enfermeros en Ciudad de México que debe luchar contra situaciones críticas. Curiosamente, rodó esta película un año antes de la crisis del covid, y se enfocó en los dramas médicos reales ante situaciones inesperadas.

Según contó, su propia hermana es capellana de hospital y lo ilustró sobre la labor “interconfesional y no confesional” de su tarea, en la que los capellanes deben abrazar todas las prácticas religiosas de todas las confesiones para ayudar a personas de cualquier origen.

“Parte de la residencia consiste en enseñar a estos jóvenes a comprender todos los sistemas de creencias, las formas en que las personas le encuentran sentido a sus vidas, se comprenden a sí mismas y comprenden el mundo que las rodea”, dijo Lorentzen en la entrevista. “Hay muchos paralelismos entre lo que hacen los capellanes y lo que a mí, como documentalista, más me interesa: relacionarme con la gente, escuchar y captar historias, encontrar conexiones vulnerables, íntimas, cercanas.”

Lorentzen filmó a todos los miembros del equipo de Fleenor durante 150 días a lo largo de nueve meses- antes de limitar su foco a la historia de Engel y su relación laboral con Fleenor. La relación que transárente el documental no es sencilla ya que ambos tienen diferentes estrategias para enfrentar un trabajo fuertemente emocional.

“A Small Little Voice” ya entró en la “shortlist” de las películas documentales que aspiran al Oscar de la Academia; es decir, una lista previa de diez títulos sobre los cinco que quedarán nominados el próximo 23 de este mes (de acuerdo con trascendidos es uno de los favoritos). Los premios se entregarán este año el domingo 10 de marzo.

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