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Luminosa “Giselle” abrió nueva etapa en ballet platense
La nueva etapa en la dirección del Ballet Estable del Argentino dio inicio el fin de semana pasado con "Giselle", joya del ballet romántico, en un cuidado montaje coreográfico a cargo de Martín Miranda. La nueva conducción tiene como cara visible a Maricel De Mitri, pero cuenta además con la asesoría artística de otro de los grandes bailarines argentinos, Alejandro Parente, y la presencia de Carlos Trunsky como coreógrafo residente.
En una apuesta audaz pero necesaria, fueron programadas nada menos que ocho funciones, con varios repartos que otorgan posibilidad de lucimiento a numerosos integrantes de la compañía. El resultado visible fue no sólo una producción excelente sino un organismo con la moral alta, algo imprescindible en todo comienzo y en pos del mejor saldo artístico. La producción, íntegramente realizada en los talleres del Argentino, tiene hermosas escenografía e iluminación de Juan Carlos Greco y vestuario de Eduardo Caldirola. Pero esta belleza visual sería inútil si no hubiera habido además una concreción coreográfica de nivel tanto en lo individual como en lo colectivo.
El complejo protagónico fue encarnado de manera brillante por Julieta Paul, quien dio vida exacta a la candidez, la desesperación, la locura, el desgarro, la resignación y la condición etérea de Giselle. A su lado, Miguel Ángel Klug (Albrecht) fue correcto en lo técnico y brindó una interpretación mesurada; Víctor Filimonov ofreció un buen contraste como Hilarión. Martín Quintana y Agustina Verde lucieron encantadores en el "Pas paysan" y Mariana Antenucci descolló como Myrtha, la reina de las Willis. El resto del elenco cumplió adecuadamente. Especial mención merece el cuerpo de baile femenino, disciplinado en las formaciones del segundo acto.
La partitura de Adam conlleva ciertas dificultades y puede desnudar fácilmente algunas falencias. Menos ajustada que lo coreográfico resultó entonces la parte musical, en especial en la afinación inestable de cuerdas y maderas de la Orquesta Estable, mientras que los bronces corrieron mejor fortuna. Más allá de esto, Diego Censabella Farré mostró mano segura para la coordinación de los "tempi".
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