28 de junio 2013 - 00:00

Nutrición, la clave para los rodeos

La tecnología implementada en materia sanitaria y de manejo de rodeos permitió reducir las pérdidas después del tacto.
La tecnología implementada en materia sanitaria y de manejo de rodeos permitió reducir las pérdidas después del tacto.
Las mayores pérdidas de terneros se producen entre el momento en que se hace el servicio y el momento en que se hace el tacto en las vacas. Así lo señala un reciente trabajo del "INTA Cuenca del Salado" realizado sobre 20 mil cabezas vacunas de 84 establecimientos de esa región. El informe comprobó también la relevancia de la nutrición fetal, ya que una restricción durante el período de la gestación provoca un retardo en el crecimiento del feto, aumenta el riesgo de enfermedades y mortandad perinatal, genera una menor tasa de crecimiento posnatal y menor eficiencia de utilización del forraje.

Las afirmaciones corresponden el médico veterinario Sebastián Maresca del INTA Cuenca del Salado, quien, junto a un equipo de investigadores científicos, trabajó durante 6 años para tener una radiografía de la forma en que se manejan los rodeos en esa región del país. Los resultados se dieron a conocer en una reciente jornada ganadera que el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) presentó en la ciudad de Tandil.

Otro dato que expuso el especialista es que la mayoría de los establecimientos relevados aplica una tecnología básica y cierto orden en el manejo de los rodeos.

Sobresale, a su vez, que la proporción de vacas no preñadas es la pérdida más importante y está muy asociada al estado corporal de los vientres al momento del parto. "Si bien estos rodeos no representan la media que tenemos en la provincia de Buenos Aires y son establecimientos que tienen una tecnología básica y cierto orden en el manejo, muestran, sin embargo, pérdidas que oscilan entre el 15% y el 20% por vaca no preñada y una preñez que anda entre el 80% y el 90%", aseguró Maresca en diálogo con el suplemento Ámbito del Campo.

Lo que vemos también es que las pérdidas entre el tacto y el parto son relativamente bajas, menores que el 4%, y las pérdidas entre el parto y el destete también son menores, no llegan al 3%, aclara el informe. "Vemos entonces que la tecnología implementada en materia sanitaria y de manejo del rodeo permitió reducir esas pérdidas después del tacto, pero lo que aún no se logró es tener buenos índices de preñez y estabilidad", añadió el médico veterinario.

La influencia que ejerce el comportamiento del clima no es un detalle menor, porque afecta al manejo de los rodeos en función de cómo vienen los años por la inestabilidad que genera: "No estamos llegando a tiempo para evitar esos bajos porcentajes de preñez cuando el año viene complicado". En ese sentido, los técnicos recomiendan mejorar la nutrición de los rodeos, hacer un mejor ajuste de la carga para llegar con un estado corporal de las hembras grado 3 (la escala es de 1 a 5) al momento del parto por dos motivos. Por un lado, esto permitirá lograr buenos índices de preñez, porque si se llega en buenas condiciones al parto, el puerperio es corto (período entre el parto y la nueva gestación) y, por otra parte, se beneficia el desarrollo fetal, un aspecto que todavía no se había estudiado mucho. La restricción no solo tiene efecto en el porcentaje de preñes, también tiene un efecto adverso en el desarrollo fetal, asegura el especialista.

"Los terneros que nacen hijos de vacas mal nutridas tendrán un desarrollo en el cual ganaran menos peso en la recría y en la terminación. Además tendrán mayores problemas sanitarios, de mortandad y serán novillos con una menor calidad de carne, es lo que estamos estudiando. Si son terneras que se guardan para la reposición tendrán un desarrollo productivo menor y alcanzarán su pubertad mucho más tarde, además de presentar menores índices de preñez y mayores problemas de distocidad (problemas en el parto).

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