La urticante interna del PJ no K retomó vida en las últimas horas, tras una reunión de media hora promocionada por el jefe de ese espacio en el Senado, Miguel Angel Pichetto, con el exministro de Economía, Roberto Lavagna. Así, el exfuncionario continuará en diálogo con el justicialismo, tras el portazo que dio anteayer por enojos con el gobernador Juan Schiaretti.
Pichetto medió en interna y Lavagna estira definición
El economista ratificó que el encuentro entre el mandatario cordobés con el Presidente hizo "emerger diferencias", aunque bajó el nivel de tensión y dejó en claro que se "seguirá dialogando". El jefe de Estado también vio el lunes al legislador rionegrino y ayer se juntó con el salteño Juan Urtubey.
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El disparador del enojo de Lavagna con Schiaretti fue el amistoso encuentro del mandatario cordobés con Mauricio Macri. “Lo que dije fue que la reunión había hecho emerger diferencias con las que vamos a seguir trabajando”, rectificó Lavagna. Antes de clarificar esa situación, aseguró que “no hay nada más importante hecho con buenas intenciones y evitando confusiones”.
Misma línea adoptó Pichetto, quien tras el encuentro destacó la necesidad de “seguir dialogando y consolidando el espacio de Alternativa Federal -PJ- y Consenso 19 -Lavagnismo-, ya que el diálogo es la herramienta más importante y fundamental de la Argentina”.
La reversión del exministro quedó consolidada pese a que durante la tarde se conoció que no sólo Schiaretti vio a Macri: Pichetto habló con el Presidente en Olivos el lunes último aunque no por cuestiones electorales, sino por los contactos que tuvo con fondos de inversión para despejar caos y sembrar líneas de gobernabilidad.
En lo que sí coinciden Alternativa Federal y Consenso 19 es en la diferenciación con Macri sobre los diez puntos de acuerdos que lanzó el Gobierno semanas atrás para marcarle la cancha a la oposición. “La crítica que le hicimos al Presidente es que en esos diez puntos no había nada de producción, empleo y educación. Todo gira en torno del ajuste fiscal y al pago de deuda, sobre los cuales estamos de acuerdo. Pero no se puede gobernar sin cierto orden y hay que salir del estancamiento de economía, que lleva ocho años”, explicó ayer Lavagna al salir del despacho de Pichetto. Y finalizó: “En cualquier otro plano de la vida, piensen ocho años sin cambios, no es viable. No perdamos el orden de prioridades. Las prioridades son las ideas, no necesariamente una candidatura”.
El abrazo de oso de Macri llegó ayer también al gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey. “Tanto el Presidente como yo pertenecemos a espacios políticos bien definidos y diferentes. Siempre he considerado al diálogo como una herramienta de transformación. Por eso, y aún en un año de contienda electoral, considero importante escuchar y ser escuchado”, manifestó el mandatario tras el convite.
Urtubey explicó: “Tengo coincidencias con lo planteado por otros dirigentes de Alternativa Federal, como el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, referidos a buscar el equilibrio fiscal, honrar deudas contraidas, estar integrados al mundo, garantizar el federalismo, o tomar deuda sólo para obras públicas y, fundamentalmente, garantizar la justicia social”.
Más allá del entendimiento, Urtubey deslizó sus seis propuestas: priorizar la primera infancia como política de Estado; poner a la educación en el centro de la escena para vincular la formación con el empleo; llevar adelante una Reforma Tributaria que aliente el crecimiento económico y la generación de empleo; alcanzar un sistema federal no sólo de distribución de recursos, sino también de diseño y desarrollo productivo para lograr una mayor integración al mundo; resolver las barreras de la competitividad buscando crecimiento con equidad; y buscar mecanismos para salir de la postergación estructural de algunas regiones del NOA y NEA”.
Mientras Lavagna piensa y hace equilibrio con sus nuevos socios Miguel Lifschitz -gobernador de Santa Fe- y la exdiputada Margarita Stolbizer, los peronistas Schiaretti, Pichetto y Urtubey direccionan la lupa al tigrense Sergio Massa, quien coquetea con el kirchnerismo, más allá de sus más que excelentes relaciones -hoy vi gentes, y que influyen en la interna peronista y kirchnerista- con la mandataria bonaerense, María Eugenia Vidal, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ambos de Cambiemos.
Quien queda un poco alejado de este espacio es el exgobernador bonarense y excandidato presidencial cristinista, Daniel Scioli, fiel al bloque de Diputados ultra K. Ayer fomentó una precandidatura junto a empresarios pyme con promesas de baja de tasas, moratorias y sin “revanchismo”.
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