El jefe de la empresa, Carlos Ghosn, firmó delante de las cámaras de televisión con los representantes de los tres sindicatos un "Pacto para una nueva dinámica de crecimiento de Renault y del desarrollo social en Francia".
"Es un acuerdo justo que entrará en la historia de las negociaciones laborales del país. Le dará a Renault los medios necesarios para restablecer su competitividad en Francia", afirmó Ghosn.
Más ajuste
Según el acuerdo, Renault recortará 7.500 puestos de trabajo hasta finales de 2016, principalmente al no reemplazar a los trabajadores salientes. Los empleados, además, incrementarán su tiempo de trabajo un 6,5 por ciento y los salarios se congelarán en lo que resta de 2013.
A cambio, la segunda empresa automotriz más grande de Francia se comprometió a no cerrar ninguna de sus cinco fábricas francesas en los próximos cuatro años y a producir al menos 710.000 vehículos al año en suelo galo hasta 2016.
El año pasado, la compañía produjo poco más de 530.000 vehículos en Francia. El compromiso logrado contrasta con la tensión en la compañía automotriz más grande del país, PSA Peugeot-Citroën, que, al igual que Renault, lucha contra la crisis por la disminución de ventas en Europa y el exceso de productividad.
Agencia Dpa |
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