4 de diciembre 2013 - 00:00

Revés para el Gobierno en Casación (para Corte, empate)

Mariano Borinsky, Luis María Cabral y Gustavo Hornos
Mariano Borinsky, Luis María Cabral y Gustavo Hornos
La Cámara de Casación Penal designó al juez Mariano Borinsky como su presidente para 2014. Se trata de un revés para las aspiraciones de sectores del kirchnerismo que buscaban encumbrar al juez Alejandro Slokar, cuyo nombramiento estaba estipulado en un reglamento que el pleno de la cámara firmó en 2012. Votaron a Borinsky los jueces Juan Carlos Gemignani, Ana María Figueroa, Eduardo Riggi, Luis María Cabral y el actual jefe de la cámara, Gustavo Hornos. La acordada llevó alivio a ciertas vocalías de la Corte Suprema donde Slokar era rechazado por su pertenencia a la Justicia Legítima. Fue el resultado de intensas negociaciones, casi todas en privado, que llevaron a los jueces demasiado cerca de las artes de la política.

De perfil moderado, metódico para el trabajo e impetuoso en el plano deportivo (lo pueden confirmar quienes comparten los partidos de fútbol con él), Borinsky ganó un año ya que en el reglamento su presidencia se estipulaba recién para 2015. Es un juez que el kirchnerismo sigue de cerca desde que en su sala tramitan recursos clave de la llamada trama Ciccone.

Desde el Gobierno se desplegaron diversas tácticas para auspiciar la candidatura de Slokar. El secretario de Justicia, Julián Álvarez, dialogó con tres camaristas. Conversaciones que no le dejaron un panorama completo dado que anoche tenía optimismo en que Slokar asumiera la vicepresidencia. Desde Comodoro Py, la imagen del funcionario no cambió, aunque en Casación varios lo escucharon hablar como si fuera él, y no Julio Alak, el ministro de Justicia. El juez sólo logró los apoyos, tal como se preveía, de Ángela Ledesma y de Pedro David.

En el acuerdo se mencionaron las vacantes en Casación. Cuatro despachos para dos sectores del oficialismo: por un lado, la lista de conjueces que el Gobierno espera aprobar en el Senado y, por el otro, los jueces destinados a la Casación Penal ordinaria, pero que, al no tener edificio, podrían subrogar en el primer piso de Comodoro Py.

Sin embargo, en Casación no entienden a estos grupos como antagónicos. Allí estipulan que primero llegarían los conjueces y, ya con el Consejo de la Magistratura en marcha el año próximo, se podrían activar las subrogancias de los camaristas de la Casación ordinaria. Ocho jueces podrían pasar el año que viene por la Casación federal.

Hornos fue uno de los ganadores subjetivos en el acuerdo de ayer: no debió pasar por la incómoda situación de utilizar su voto para el desempate y Borinsky es un camarista con el cual guarda una relación cordial (basta ver los últimos fallos de la sala que ambos integran junto con Gemignani).

Fue notable la apertura de Riggi, quien en privado siempre expresó diferencias para con Borinsky, pero ayer terminó apoyándolo al momento de los votos. Más peculiar fue la actitud de Liliana Catucci, quien si bien había intentado una candidatura luego fallida, ayer se dedicó a invocar antecedentes de la cámara que indicaban que en 2014 le tocaba a ella presidir el máximo tribunal penal.

La gran incógnita de cara a las próximas votaciones es la situación de Cabral. Jefe del gremio de jueces, habitual opositor a la política judicial del Gobierno, sectores del kirchnerismo desean eyectarlo de la cámara con el argumento de que su actual subrogancia es irregular. Slokar había sido de los primeros en detectar esta situación al hacer notar que Cabral había llegado a la Casación sin realizar el sorteo reglamentario, sino recomendado por el entonces camarista Raúl Madueño. A mediados de este año, Cabral y otros cinco camaristas fueron denunciados por el diputado Carlos Kunkel con el argumento de que se cometió una irregularidad al "invitar" a Cabral a la Casación.

Si bien ahora los conjueces podrían reemplazarlo, hasta anoche el panorama era incierto. Cabral está a punto de lanzarse a la campaña para representar al estamento de los jueces en el Consejo de la Magistratura. Semanas atrás había deslizado que sólo le interesaba permanecer hasta mediados del año próximo.

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