• SOBRIA TOMA DE MANDO Y TIBIO RECONOCIMIENTO A LORENZETTI (NUEVO CLIMA) Prometió reuniones varias y tribunal “técnico”. Comodoro Py se amontona para pedir audiencias y sondearlo. Mañana, primera reunión de acuerdos.
El choque de estilos se plasmó el primer día. Carlos Rosenkrantz asumió ayer la presidencia de la Corte Suprema sin ningún tipo de estridencia ni formalidad que graficara el traspaso de mando luego de 11 años de hegemonía de Ricardo Lorenzetti. El único gesto que quedó inmortalizado fue una foto del nuevo titular del máximo Tribunal con los secretarios de Corte, encargados de cada una de las dependencias especializadas que receptan los casos que escalan. Sin embargo, Rosenkrantz aprovechó para enviar mensajes que confirman la orientación que imprimirá a su gestión: Corte como "tribunal de derecho del país" (técnico, no político) y fortalecimiento de "su propia institucionalidad" (dando a entender que ha sido esmerilada). Mañana habrá reunión de acuerdo hasta con otra disposición física en la mesa- y comenzarán a verse las cartas que jugará cada ministro, en medio de las internas que detalló Ámbito Financiero y que han hecho mella en el ánimo grupal. El primer objetivo planteado en las conversaciones internas (que excluyen a Lorenzetti) es agilizar la circulación de los expedientes por las vocalías para sacar los antiguos.
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"El ministro Rosenkrantz adelantó que en las próximas semanas mantendrá encuentros con diversos sectores de la justicia y del quehacer nacional cuya acción es necesaria para que la Corte Suprema y el Poder Judicial puedan concretar sus respectivas misiones institucionales", señaló un breve comunicado con reseña de su currículum, sin hacer eje en su rol como abogado especializado en grandes corporaciones. La tensión se vislumbró en el párrafo dedicado a su antecesor y su tumultuosa salida meses antes de que venciera su mandato: "sólo implica una alternancia lógica en la conducción del Máximo Tribunal tal como ocurre en cualquier órgano colegiado democrático". Y le agregó el tibio elogio de haber tenido "la responsabilidad de ejercer la presidencia de la Corte en un período marcado por algunos momentos difíciles para el país". No hubo "traspaso" de atributos, pese a que tampoco hay protocolo que así lo indique. La foto que acompañó la comunicación de toma del poder también fue una señal diferenciadora: los secretarios de Corte nunca eran convocados por Lorenzetti, mucho menos para fotos oficiales. Entre ellos estaba Elena Nolasco, la hija de Elena Highton, nuevo blanco del presidente saliente por cristalizar en ella el golpe palaciego que recibió. Como en cada cambio de ciclo extenso, los heridos de la gestión buscan ambulancia que los recoja.
Mientras tanto, Comodoro Py amontona pedidos de audiencia para sondear al nuevo presidente. Al besamanos de rigor piensan agregar los habituales "pedidos". Será un test para Rosenkrantz saber si los recibe por separado al estilo Lorenzetti o agrupa reuniones y elige encuentros asépticos con las cabezas institucionales de cada área. Por lo pronto, ya encargó un curioso requisito: quiere tener a mano los currículums de quienes va a recibir, de antemano. En tribunales circuló entre comidillas la foto del camarista Martín Irurzun (antes alfil político y jurídico de Lorenzetti, a cargo de la oficina de escuchas) tomando café en un lugar público con el asesor de mesa chica presidencial Fabián "Pepín" Rodríguez Simón. Si ese encuentro se hubiera dado en alguna oficina, jamás se hubiese obtenido tal imagen.
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