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Sacha Batthany: saldar cuentas con el pasado atroz de su familia
En “La matanza de Reichnitz” investiga la complicidad de su tía abuela, Margareta von Thyssen, con la ejecución de 200 judíos casi al fin de la guerra.
P.: Así como se suele calificar a su tía abuela de "la condesa asesina" y "la anfitriona del infierno", en Vanity Fair se la sindica como "la obsesa sexual de la familia Thyssen".
S. B.: Margareta von Thyssen-Bornemisza estaba casada con el conde húngaro Ivan Batthany, el hermano de mi abuelo, pero tenía sus amantes. Como era antisemita los elegía entre sus relaciones. En el momento de la matanza uno de los perpetradores era uno de sus amantes, que no era un dirigente nazi importante en Alemania, pero sí en el pueblo de Rechnitz. El antisemitismo no era una cuestión de clase social, había al mismo tiempo gente de dinero, empresarios y aristócratas que estaban luchando contra Hitler.
P.: ¿Su tía abuela participó en esa matanza?
S. B.: Según documentos históricos fehacientes ella no salió del castillo en ningún momento. Pero siendo la amante de ese jerarca nazi sabía lo que iba a ocurrir y lo que ocurrió, y tras la derrota de Hitler ayudó a escapar a dos de los que participaron de ese crimen, donde había miembros de la Gestapo y la SS. Uno de ellos vino a la Argentina, el otro fue a Sudáfrica.
P.: En su libro, basado en hechos reales, usted es uno de los protagonistas con su trabajo con un psicoanalista para desentrañar ese drama que involucra a su familia.
S. B.: Yo no quería escribir un libro sobre los hechos que ocurrieron aquel 24 de marzo, ni un documento histórico, ni una crónica familiar, sino una búsqueda personal. Quería ver como era ese rompecabezas, donde una pieza clave es lo que había ocurrido; lo que se había silenciado nos estaba afectando al día de hoy. No empecé porque una colega me tiró un diario sobre Margareta y la tragedia de Rechnitz y me dijo: "¿Es de tu familia, no?", sino porque me implicaba y me llevaba a la búsqueda de mi identidad. Por eso, en alemán, el libro se llama "Lo ocurrido en Rechnit, qué tiene que ver conmigo", que me parece el mejor titulo, y que cambiaron en otros idiomas.
P.: ¿Vio la obra de Elfriede Jelineck "Rechnitz: el ángel exterminador"?
S. B.: Salió después de mi libro. Es como todo lo de Jelineck, algo complicado, raro. Para ella Margareta era Satán, mi familia se quejó porque no era ese el retrato real de mi tía abuela ni era cierto como decía que habían ocurrido los hechos.
P.: Luego del éxito internacional de su opera prima, ¿qué está escribiendo ahora?
S. B.: Tengo algunas ideas, recién estoy comenzando. Me gusta unir ficción y no ficción en una obra, pero eso si no voy a dedicar una serie de libros a hablar de mí mismo. Como periodista sentí la influencia de los norteamericanos que hicieron novela de no ficción como Joan Didion, y desde ya Capote, Mailer, Wolfe, Talese. Me paso descubriendo autores nuevos que practican la novela basada en hechos reales. Para escribir sobre mí mismo me ayudó mucho haber leído al noruego Karl Ove Knausgaard autor de "Mi lucha", su autobiografía en seis tomos.
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