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UCR-FAP: vacío bonaerense potencia fugas hacia Massa
Massistas. Joaquín de la Torre defendió el pase de radicales al Frente Renovador. Se reunió con Roberto Lavagna y Miguel Peirano.
Con los peronistas Joaquín de la Torre, Jesús Cariglino, Darío Giustozzi y hasta el radical Gustavo Posse, dispuestos a animar una PASO massista para la gobernación bonaerense, y con los kirchneristas Julián Domínguez y Gabriel Mariotto en el mismo plan, ni radicales ni socialistas logran juntar dos nombres competitivos. El senador nacional del GEN, Jaime Linares, no logró defender Bahía Blanca en las últimas elecciones legislativas y tampoco pudo renovar banca el alfonsinista Juan Pedro Tunessi.
Otro radical massista, el intendente de Junín, Mario Meoni, trabaja para sumar más radicales en la provincia de Buenos Aires y teje una estructura en la búsqueda de un potencial compañero de fórmula para el exintendente de Tigre en 2015.
Ayer, el dirigente cobista de la provincia de Buenos Aires, César Martucci advirtió a modo de autocrítica que "no podemos mirarnos el ombligo para definir un candidato a gobernador", y propuso que ese postulante fuese definido por el próximo candidato a presidente. Stolbizer ya avisó que no se inmolará en 2015 y prefiere reservarse para una fórmula con Binner. No queda mucho más. La esperanza de que Elisa Carrió utilice su domicilio bonaerense para pelear la sucesión de Daniel Scioli. Y un tímido ensayo para mostrar a Alfonso Prat Gay y a Leandro Despouy en el conurbano.
Así, la ambulancia radical de Massa se ve potenciada por el vacío bonaerense de la UCR-FAP que no logra hacer pie en el principal distrito electoral del país, un déficit que el centenario partido arrastra en realidad casi desde su fundación. El diagnóstico fue advertido por el massista De la Torre quien explicó que "el problema no se llama (Sergio) Massa sino UCR, por eso se van sus dirigentes". "Cuando los dirigentes se encierran en partidos y les ponen candados para quedarse con el sello, lo que pasa es que expulsan a la gente. No hay que equivocarse, lo primero que se va del partido es la gente y después los dirigentes. Tengo gran afecto por la UCR pero desgraciadamente tiene un problema con dirigentes que se esfuerzan por cerrar los partidos", añadió De la Torre, quien esta semana se reunió con Roberto Lavagna y Miguel Peirano para avanzar en propuestas sobre la negociación de la deuda de la provincia de Buenos Aires.
Binner y Sanz juntos
Mientras tanto, y en Mar del Plata, Sanz y Binner intentarán gerenciar esta crisis bonaerense el próximo martes donde avanzarán en la construcción de un armado nacional de cara a 2015, que tuvo su puntapié inicial a finales de diciembre en Rosario.
"Lo más importante es valorar la recuperación de los partidos políticos como hecho esencial de la renovación democrática", reflexionó Binner. Además, consideró necesario que los referentes de los partidos de centroizquierda "generen entre sí confianza, amistad e integración para seguir realizando la tarea de siembra que debe realizarse este año".
Por su parte, en declaraciones radiales, Sanz sostuvo que hacia 2015 la UCR "está reconstruyendo su propia base (electoral) y ampliándola con el concurso de otras organizaciones políticas", como el FAP y la Coalición Cívica. Subrayó que el objetivo del radicalismo apunta a la conformación de un "espacio común, coherente en lo ideológico y que además alcance competitividad" para el próximo turno electoral.
El pasado 30 de diciembre Binner y Sanz compartieron un encuentro en Rosario, al que asistieron también Margarita Stolbizer, Luis Juez, y dirigentes de la Coalición Cívica y de Libres del Sur, entre otros. De esa reunión salió un breve documento que expresó el compromiso común de "construir una propuesta de Gobierno junto con la sociedad civil y los argentinos que creen en la democracia y en la República" y una propuesta para avanzar hacia un "Estado eficaz y transparente capaz de conducir el proceso de desarrollo económico y social" del país.


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