En un mensaje divulgado a través de su cuenta en Twitter, Rousseff expresó su solidaridad con la familia de Douglas Rodrigues, de 17 años, a quien consideró como una víctima de "la violencia contra la periferia", que "es la manifestación más fuerte de la desigualdad en Brasil".
El joven falleció en el hospital el domingo luego de recibir un balazo del agente de policía Luciano Pinheiro Bispo, que acudió al barrio Jaçana por un incidente menor y quien aseguró que el arma se disparó por accidente.
Sin embargo, los testigos de lo ocurrido afirmaron que Pinheiro Bispo tiró a matar antes de bajarse de la patrulla. Eso motivó el lunes violentas protestas en la zona norte de San Pablo, que alcanzaron su punto de máxima tensión cuando un grupo cerró una importante ruta, prendió fuego a vehículos y realizó saqueos en comercios.
Según un balance divulgado ayer por el comisario Bruno Guilherme de Jesus, los manifestantes incendiaron cinco autos, dos camiones y dos ómnibus, un hombre no identificado resultó herido de bala durante la manifestación, y más de 90 personas fueron detenidas.
Sobre el asesinato que desató las manifestaciones, el gobernador paulista, Geraldo Alckmin, señaló: "Lamentablemente tuvimos un joven que murió víctima de una acción policial; el policía ya está preso y la sanción será rigurosa".
Rousseff, por su parte, instó a la Justicia a "castigar los abusos" cometidos durante las protestas, principalmente por los militantes anarquistas de Black Bloc. "Agredir y depredar no forma parte del derecho de manifestación. Al contrario, son barbarismos antidemocráticos. La violencia rompe con el derecho de quien se quiere manifestar libremente. La violencia debe ser cohibida", indicó a través de Twitter.
En esa línea, el secretario general de la Presidencia, Gilberto Carvalho, admitió ayer que el Gobierno aún no logra comprender el fenómeno y que está "muy preocupado" por sus acciones.
Informó que las autoridades "buscan" hablar con esos movimientos con el objetivo de "encontrar una salida eficaz" al problema, pero que sus líderes son desconocidos.
"Estamos acelerando esto, estamos en diálogo con la Policía, con las autoridades de los estados, estamos buscando también conectarnos con la sociedad, con movimientos juveniles, porque la simple criminalización inmediata no lo resolverá, agregó.
Agencias EFE, DPA y ANSA |
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