“De Spotify corregiría que pague más y ponga los créditos de los músicos y la BIO. También que se ordene, porque en mi Spotify personal, por ejemplo, me entran discos que grabé pero que no decidí poner ahí”, dice Daniel “Pipi” Piazzolla, quien junto con la formación Escalandrum celebra 25 años y presentan su nuevo disco, “Escalectric”, hoy a las 20 y 22.30 en Thelonious Club, Nicaragua 5549.
Escalandrum celebra su cuarto de siglo con el nuevo “Escalectric”
Diálogo con Daniel “Pipi” Piazzolla y Nicolás Guerschberg, integrantes de la celebrada formación jazzística local.
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“Nosotros nos mantenemos al margen de los algoritmos porque nuestro objetivo siempre es artístico y ligado a la música más que a la industria y los números”, agrega Nicolás Guerschberg, que integra Escalandrum junto con Mariano Sívori, Gustavo Musso, Damián Fogiel y Martín Pantyrer. Conversamos con Piazzolla y Guerschberg.
Periodista: ¿Por qué se “electrificaron”? ¿Nostalgia vintage?
Daniel Piazzolla: Surgió en una gira de 40 días y teníamos la necesidad con la banda de hacer algo nuevo que nos refresque, estábamos en una combi por Ecuador y Nicolás dijo que tenía ganas de volver a los teclados, y Mariano de volver al bajo eléctrico, que es una maravilla, y Gustavo nos contaba que venía tocando el EWI, y siempre me gustó esa música, tocando en grupos donde se groovea, así que empezamos a probar, con música propia, en formato acústico. Fuimos encontrando sonidos nuevos y nos disparó para otro lado, estamos con un espíritu muy arriba como si recién arrancáramos.
Nicolás Guerschberg: En pandemia Gustavo Musso se metió con el EWI, yo con los sintetizadores, el bajo eléctrico con pedales, e instrumentos con sonido distinto procesado para una música más groovera y rítmica.
P.: ¿Qué balance hacen de estos 25 años?
D.P.: Grabamos 15 discos, viajamos bastante y abarcamos de todo. Arrancamos como un grupo de latín jazz con música original, luego jazz argentino mirando nuestros ritmos durante diez años hasta que nos encontramos con la obra de Astor Piazzolla, ganamos un Gardel de Oro, recorrimos el mundo, tocamos con orquestas sinfónicas, hicimos música clásica por teatros de Sudáfrica, nos fusionamos con Elena Roger e hicimos un repertorio de Piazzolla, María Elena Walsh, tocamos con artistas como Marty Fridman, Fabrizio Boso de Italia, Concha Buika de España, Paquito D'Rivera de Cuba. Mi sueño es que sigamos juntos.
N.G.: Lo que hicimos supera todas las expectativas porque empezamos juntándonos a tocar por afinidad y nunca pensamos qué podía suceder con eso y se dieron un montón de proyectos, discos, viajes. Siempre sentimos que se pueda hacer más.
P.: ¿Qué recuerdos tienen del Escalectric y los juegos de la infancia? ¿Extrañan las costumbres de antes?
D.P.: Del Escalectric ninguno porque nunca me lo pude comprar, jugaba con autitos, me armaba carreteras y cada autito era un compañero de la primera, hacía tabla de posiciones. Extraño reunirnos a escuchar música en un living, cundo salía algún disco nuevo porque llegaban a cuentagotas, cuando no existía YouTube, Spotify o Apple. Esa experiencia era hermosa.
N.G.: Recuerdo con nostalgia jugar al Escalectric que era una cosa mágica y también añoro esas épocas de la infancia más inocentes, sencillas y fáciles.
P.: ¿Cómo se adecuan a esta era de redes y tecnología?
D.P.: Uso Instagram, tengo muchos seguidores, comparto muchos ejercicios y la gente interactúa. La inmediatez del WhatsApp sirve para organizar un ensayo o divulgar un show. También que nuestra música pueda ser escuchada en Singapur el día que salga el disco es algo buenísimo.
N.G.: Hacemos lo que podemos, somos una generación que pasó de analógico a digital entonces tenemos la experiencia previa a todo esto, inclusive Internet. Crecimos analógicos con lápiz y papel y después incorporamos la tecnología y es fantástica. Permite y facilita muchas posibilidades como grabar un disco en tu casa, la comunicación, los trabajos a distancia, es extraordinario. Por otro lado no perdemos el contacto con lo analógico que es tal vez seguir de manera íntima y permanente con nuestros instrumentos, que son analógicos y acústicos.
P.: ¿Cómo juegan la IA y Spotify en la industria de la música que todavía sigue sacando discos?
D.P.: Spotify si bien paga casi nada creo que a los jazzeros nos sirve porque tenemos la oportunidad de que nos escuchen en otro lugar de manera inmediata. Si alguien en Noruega organiza un festival le decimos escuchá y es inmediato, antes teníamos que mandar el CD con un Fedex que salía 50 dólares, tardaba en llegarle un par de días y todo era delay.
N.G.: La IA y los algoritmos no son algo que domine ni tampoco estoy signado con eso. Sé que hay las industrias, no solamente la de la música sino tantas otras, se rigen por esto. Pero nosotros nos mantenemos al margen, usamos redes para difusión y tratamos que la música esté disponible en streaming.
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