Michael Jackson es uno de los músicos más famosos de todos los tiempos. Tanto por sus imborrables hits (Smooth Criminal, Beat It o Don´t Stop Till You Get Enough), como por sus originales pasos de baile, su legado perdurará en el tiempo.
11 minutos y un presupuesto millonario: así se grabó "Black or White" de Michael Jackson, que hoy cumple 33 años
Como acostumbraba el Rey del Pop, esta pieza audiovisual volvió a pasar los límites de las producciones del momento.
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Uno de los costados más difíciles de evitar dentro de su carrera es el de los videos musicales. Y es que el Rey del Pop también atravesó todas las fronteras posibles en este rubro para brindar piezas audiovisuales que marcaron a generaciones, como fue el caso de Thriller y Billie Jean. Lo mismo sucedió un 14 de noviembre de 1991, cuando Jackson lanzó el video de Black or White.
El costoso proceso detrás del video de "Black or White"
Hay mucho para desmenuzar de este icónico video, pero lo que sí se puede afirmar es que no salió barato. Para ser más precisos, costó 4 millones de dólares, algo inusual para la época, debido a la cantidad de días de rodaje -duró alrededor de un mes-, los efectos de post-producción y los actores.
Si bien el video original dura 6 minutos y 23 segundos, existe una versión extendida de 11 minutos y 2 segundos, que está compuesta por diferentes partes. Primero, el video comienza en la casa de una familia típica de Estados Unidos, con el hijo (Macaulay Culkin, actor de Mi Pobre Angelito) escuchando rock a todo volumen. El padre lo reta porque era muy tarde para tener la música tan fuerte, por lo que el niño responde sacando dos parlantes gigantes y una guitarra eléctrica, en la que toca un acorde que sirve para mandar a su padre al otro lado del mundo.
Allí, el señor se encuentra en algún lugar de África, rodeado de una tribu que sigue la coreografía de Michael Jackson -de blanco y negro, obviamente-, quien da pie al comienzo de la canción. En el minuto 5:28 del video se puede observar un efecto complejo, novedoso y revolucionario para 1991, que consistía en el morphing (transformación) de las caras de personas de distinta etnia. Entre ellas apareció el nombre de Tyra Banks.
Otro elemento por el cual se caracterizaba Jackson era la introducción de directores musicales a sus videos. Como lo fue Martin Scorcesse en Bad, en esta ocasión le tocó a John Landis, quien también había dirigido Thriller. Sin embargo, el proceso fue complicado, ya que por un lado el director reclamó deudas que le debían del éxito del terror que asustó a todos allá por 1983. Por otra parte, Landis describió el rodaje como caótico y tortuoso, principalmente debido a las conductas erráticas del cantante.
Y es que el Rey del Pop se encontraba en un momento desafiante en su carrera; hace mucho tiempo no lanzaba música nueva y era la primera vez que no grabaría algo bajo la tutela del reciente fallecido Quincy Jones, su mentor y la mente detrás de muchos de sus éxitos. Por esos motivos era que estaba con una actitud demandante y decisiones locas dentro del proceso de filmación.
En algunas ocasiones, llegaba muchas horas tarde al horario de rodaje, como la vez que, cuando parecía que había desaparecido, fue porque se había escapado con Culkin -quien se convirtió en un gran amigo suyo- a comprar juguetes en Toys R Us, donde gastó 50.000 dólares.
Nada de esto podría sorprender a aquel que vio el video, que es un rejunte de ideas que pasaron por la cabeza del cantante y que plasmó en una especie de ensalada visual. De hecho, la canción termina en el minuto 6:20, pero a partir de eso comienza un momento completamente diferente. La cámara muestra el detrás de escena del video que aún no había salido y sigue a una pantera negra que sale del set, baja unas escaleras y se transforma en Michael Jackson, quien baila sin música por 4 minutos seguidos, con pasos que querían buscar el lado más sensual suyo.
En un rapto de creatividad e ira, Jackson gira, se toma la entrepierna, mueve sus brazos y piernas en direcciones inimaginables, y rompe autos, vidrieras y carteles para finalmente volver a convertirse en aquella pantera negra. Esta parte generó controversia por los movimientos que el cantante intentaba mostrar como sexys, pero que habían recibido la negativa de Landis.
Como si eso no fuera suficiente, el video culmina con la familia más conocida de la televisión; se muestra a Bart Simpson viendo el final del video en el famoso living de los personajes amarillos cuando Homero lo interrumpe y apaga la televisión.
La canción se estrenó dos días antes de su lanzamiento oficial en radios, lo que provocó euforia dentro de los fans de Jackson y expectativa por la pieza audiovisual. El estreno de Black or White fue como ningún otro, y se llevó a cabo el 14 de noviembre de 1991. En Estados Unidos se vio en MTV, VH1, BET y FOX y al mismo tiempo se estrenó en una treintena de países. Se calcula que la audiencia superó los 500 millones de espectadores, un éxito comercial nunca antes visto. Esta canción fue el primer corte de lo que sería su disco Dangerous.
Black or White habla explícitamente sobre el racismo, pero es mucho más que eso. Es una expresión artística de uno de los artistas más grandes de la historia. El estilo, la producción y la canción marcaron a todos los que vieron aquel video. Una vez más, todo el mundo hablaba de Michael Jackson.
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