Uno de los secundarios más destacados de la saga de «American Pie» era el padre de Jim, un hombre locuaz que agobiaba con lugares comunes y consejos obvios a su atribulado vástago. Esa vena ha sido ampliamente aprovechada por Eugene Levy, el actor que daba vida al personaje, y hasta realizó un flojo spin-of de la serie de la tarta de manzanas.
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«Detective por error» es una nueva incursión en la comedia a caballo de un individuo que no puede callarse ni dejar de expresar obviedades. Enmarcada con una trama policial, que relata cómo el agente Derrick Vann (Samuel Jackson) debe descubrir a una banda de traficantes de armas que, además, ha asesinado a quien fuera su compañero, la película gira en torno de la figura de Andy Fiddler (Levy), un vendedor de productos odontológicos cuya idea de la aventura es el discurso que debe pronunciar frente a una convención de vendedores de su empresa, en Detroit. Cuando la vida de estos dos personajes tan distintos se cruza por casualidad, comienzan los enredos. Andy se transforma en «el hombre» de la película, y debe manejar una compra de las armas robadas sólo dotado con sus recurrentes planteos y con un confuso hecho delictivo en su pasado.
El film no pretende otra cosa que entretener, con una trama cuidada, un guión inteligente y situaciones muy divertidas -imperdibles las consecuencias que el consumo de carnes rojas acarrea a Andy- y con actores que, desde diferentes trayectorias, aportan lo suyo con eficacia. Cuando el panorama cinematográfico se muestra tan empobrecido, incluso en el caso de productos que sólo pretenden entretener, la comunión con los objetivos se transforma en un valor a tener en cuenta.
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