Banderas de seis naciones (una de ellas, imaginaria), logos de cinco productoras, y estandartes del INCAA y la provincia de San Luis enmarcaron en estudios de Palermo la presentación de «El juego de Arcibel», la nueva película de Alberto Lecchi con guión de Daniel García Molt, que esta semana comienza a filmarse, protagonizada por Darío Grandinetti y Diego Torres.
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Coproducción argento-hispano-chile-mexico-cubana, ambientada bajo la supuesta dictadura de Miranda (el país que imaginó Luis Buñuel para ciertas historias), «El juego de Arcibel» cuenta lo que ocurre cuando un experto en ajedrez, crucigramas y horóscopos cae preso por equivocación. «La intención es recordar algunas cosas, con un guiño de humor en el final, para que el público salga contento», dijo el productor asociado Pablo Rovito. «Será una historia de amistad, película de guión, un poco sesentista, viejo estilo, como para hacer en unas ocho semanas. Quiero tomarme mi tiempo, disfrutarla», se alegraba, también en un aparte, el director y principal productor Alberto Lecchi, eludiendo calcular gastos totales. Por lo pronto, el INCAA sólo aporta un crédito de 500.000 pesos (el primer crédito del período autárquico), y el resto deben proveerlo los varios asociados, y San Luis, que asume de este modo el primer desafío grande para su ley de fomento a las inversiones de cine en la provincia de Rodríguez Saá. La imaginaria Miranda se armará principalmente en Villa Mercedes, completándose con escenas en calles porteñas, Valparaíso, y Viña del Mar.
También lucían contentos Grandinetti («me atrajeron el ingenio y la habilidad de jugador del personaje»), su partenaire Diego Torres, que interrumpe quince días su actual gira, por el solo gusto de volver al cine, y los demás artistas: los españoles Juan Echanove y Rebeca Cobos, los cubanos Vladimir Cruz y Enrique Quiñones, y el chileno Alejandro Trejo. Pronto se agregará también Juan Diego.
El personaje de Torres lo iba a hacer Pablo Echarri, que renunció por stress. «Aclaremos que la renuncia fue antes del secuestro de su padre. Pablo ya venía estresado por el infarto del padre, las amenazas de secuestro a la hija de Nancy Duplaa, y los ataques de una fanática», explicó Rovito, agradeciendo la incorporación de Diego Torres en el papel de marginal que comparte la celda con Grandinetti.
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