5 de agosto 2019 - 00:00

Pasajes marítimos de Silvina Benguria

Benguria. Notable muestra en el Museo Benito Quinquela Martín
Benguria. Notable muestra en el Museo Benito Quinquela Martín

“Siempre fui amante de este museo extraordinario, cada vez que puedo lo visito. Por eso cuando su director, Víctor Fernández, me invitó a exponer aquí, mi felicidad fue absoluta”. Quien así habla es Silvina Benguria, artista argentina de proyección internacional que expuso su obra en Estados Unidos, Finlandia, Holanda, Italia, Japón, Bolivia, Brasil, Chile y Uruguay, sobre el museo Benito Quinquela Martín, de La Boca.

La exhibición, curada por el mismo Fernández y Yamila Valeiras, se titula “Pasajes”, y su eje figurativo central son los viajeros, los barcos, y la curiosidad de que uno de los 21 trabajos expuestos también reproduce un dinosaurio, “que siempre me encantaron”, sonríe Benguria.

El título de la obra, pese a que puede remitir por la naturaleza del viaje a un criterio espacial (el “pasaje” de un lado a otro, de un margen al otro), tiene en verdad una resonancia más filosófica, más temporal. Casi en el sentido que la palabra “pasaje” tiene en el psicoanálisis. La artista lo explica de este modo: “Fue una sensación que tuve mientras pintaba una de estas obras. Algo así como un extrañamiento, un desprendimiento. Sentí que esa obra ya había dejado de pertenecerme, que ni siquiera era el presente sino el pasado. Es decir, me sentí en esa hendija del tiempo donde sólo hay pasado y futuro, donde el presente es ilusorio”.

Las pinturas en acrílico que integran “Pasajes” son todas de reciente producción de esta artista que, entre otros reconocimientos, ha recibido el Primer Premio de la Bienal de Valparaíso, Primer Premio del Salón Nacional de Artes Plásticas, Primer Premio de Boca 100 años y la beca Pollock-Krasner Foundation en Nueva York.

Sus cuadros, aunque en su mayor parte ambientados en el mar, no tienen una localización específica. “Son lugares de altamar fantásticos, imposibles de relacionar con alguna geografía. En todo caso, con ese paisaje imaginario, que a mí siempre me fascinó, del buque fantasma, el navío del holandés errante”.

Benguria, que ha residido doce años en Roma, ciudad cuyo arte la ha influido profundamente, señala no tener una preferencia particular ni por una escuela ni por un artista en particular. “Mi único credo es que el arte tiene que llegar, tiene que emocionar. No importa cómo sea sino de qué forma impresione al espectador”.

Benguria expone desde 1965. Sobre esta muestra dijo Raúl Santana: “Plantea el enigma soberbio de navíos desafiantes; disfruta del mundo dinosaurio y se recrea con sus colores enérgicos. En un rojo prohibido, logra que su obra no nos sea indiferente”.

La muestra se prolongará hasta el 20 de agosto (Av. Pedro de Mendoza 1835 – La Boca).

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