Aunque el director de La Scala, el francés Stéphane Lissner, lo niegue, se cree que esta
breve escena que satiriza a varios líderes mundiales fue la razón por la que retiró la
ópera que ahora volvió a programar.
París (EFE)- El director de La Scala de Milán, el francés Stéphane Lissner, volvió a programar la versión de Robert Carsen del «Candide», de Leonard Bernstein (1918-1990), con textos de Voltaire, que él mismo decidió suspender el 28 de diciembre, según aseguró ayer el vespertino «Le Monde».
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La obra, uno de los éxitos del fin de año parisiense, presentaba en algunos momentos a sus intérpretes bajo las máscaras de conocidos líderes políticos como Blair, Putin, Bush, Chirac y Berlusconi. Todos borrachos, sobre un charco de agua negra, vestidos tan sólo con un traje de baño más o menos escueto, estampado con los colores de sus respectivas banderas nacionales, haciendo juego con las corbatas. Una breve pero rotunda sátira que el comunicado divulgado a finales de diciembre minimizaba al anunciar la desprogramación de la obra, «por no estar en línea con la programación artística de La Scala».
Las cosas cambiaron en muy poco tiempo desde que Lisser, director general de la Scala desde 2005 (el primer francés que dirige ese teatro, con traspiés resonantes como la airada huida del tenor Roberto Asagna en plena representación de «Aída». con régie de Franco Zeffirelli) «consideró, efectivamente», que el espectáculo que acababa de ver en París dos días antes «no encontraría su público» en Milán, según dijo a «Le Monde». Pero después de haber hablado con Robert Carsen, «el director artístico está de acuerdo para replantear el espectáculo».
Razones
El 28 de diciembre, el primer ex director del Real de Madrid, dimitido en 1997, precisaba que la decisión de suspender la representación de «Candide» no se debía sólo a sus sátiras políticas, «que se reducen a una escena de tres minutos», sino a los textos añadidos por Robert Carsen. Son, afirmaba, demasiado largos, cuando la idea de la coproducción era acercarse al máximo a la obra Aunque el director de La Scala, el francés Stéphane Lissner, lo niegue, se cree que esta breve escena que satiriza a varios líderes mundiales fue la razón por la que retiró la ópera que ahora volvió a programar. original de Bernstein.
Convencido de que el espectáculo visto en París, «donde el espíritu de Voltaire está siempre vivo, no puede convenir a los milaneses por las mismas razones históricas», Lissner estimó que «dirigir una casa con la tradición de La Scala exige realizar una síntesis entre pasado y modernidad, pero sin entrar en la provocación».
Sorprendido por estas opiniones, aunque comprensivo con «la dificultad de programar» «Candide», el director de escena aseguró a «Le Monde» que, precisamente, su texto es 20 por ciento del inicial. Además, «siempre estuvo fuera de toda duda que escribiría una nueva versión» para el coliseo milanés, entre otras razones porque los textos hablados debían ser traducidos al italiano.
En cualquier caso, para Carsen, que ya trabajó en otras ocasiones en Milán, «el público de La Scala es suficientemente sofisticado como para comprender los propósitos de Voltaire».
La pieza, en cuya producción participa igualmente la English National Opera de Londres, está programada en La Scala del 20 de junio al 18 de julio.
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