La Fundación Proa, presidida por Adriana Rosenberg y patrocinada por la empresa Tenaris, celebró el sábado por la noche con fiesta y gran baile sus primero diez años existencia. Este activo centro artístico, ha mantenido viva la rica tradición artística de La Boca y para demostrarlo una vez más, iluminó durante dos noches con tubos de colores el puente Nicolás Avellaneda. Así, de repente, volvieron a lucir las líneas aerodinámicas de la hoy oxidada estructura de hierro cuyo origen se remonta a nuestros progresistas principios del siglo XX.
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Hace apenas una década, Rosenberg, escoltada por Roberto Rocca y su hijo Paolo, patrocinantes de la Fundación, posabanpara este diario, luego de recibir al entonces presidente Ernesto Zedillo de México que llegó para asistir al vernissage de una muestra de Rufino Tamayo. Desde entonces se sucedieron estupendas exhibiciones locales e internacionales, como la de los murales del conceptualista Sol Lewitt, que permanecieron ocultos durante años bajo unos paneles y se exhiben nuevamente en estos días.
El sábado, desafiando el calor abrumador, los anfitriones, Rosenberg y Paolo Rocca, deambulaban junto a los invitados por la Vuelta de Rocha, tomaban un champagne en Proa y cruzaban al muelle para ver el espectáculo de luces en el Puente. Estaba Jorge Telerman (criticandouna ley de mecenazgo que no le terminade gustar «porque debería ser más audaz»), Diana Saiegh, Gloria Bender, Sergio Baur, Gabriel Werthein, Horacio Rodríguez Larreta (que llegó con muletas y talón lesionado), Julia Converti, Ignacio Liprandi, Marcela Costa Peuser, Nicola Costantino, Liliana Piñeiro, Mini Zuccheri, Silvia Fajre (con su hermana gemela), Hugo Petruschansky, Luna Paiva, Leandro Erlich, Roberto Jacoby, Hernán Zavaleta, Gustavo Vázquez Ocampo, Martín Legón y Fernando Brizuela. La música estuvo a cargo del DJ y artista Sergio Avello. Sandwiches de lomito y champagne a raudales hasta la madrugada.
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