17 de marzo 2005 - 00:00

Se destacó comedia iraní de humor negro

Escena de «Sueño amargo», representante de Irán en la sección competitiva del Festival de Mar del Plata.
Escena de «Sueño amargo», representante de Irán en la sección competitiva del Festival de Mar del Plata.
Mar del Plata (Enviado especial) - Ayer se destacó, dentro de la competencia, la película iraní «Sueño amargo», inesperada comedia de humor negro cuyo título original es «El lavador de cadáveres», y cuyo protagonista critica, en un momento, a un hombre de su mismo oficio en los EE.UU., pero lo respeta («somos colegas»). También se vio la atractiva «Conociendo a Julia», con Annette Benning, del maestro Istvan Szabó («Mefisto»), que además dio una clase magistral, y la comedia de Sergio Arau «Un día sin mexicanos» (de buenas a primera una nube se lleva a todos los latinos de Los Angeles, causando una crisis socioeconómica de primera marca).

También la boliviana «Corazón de Jesús», de Marcos Loayza: cuando un pobre tipo de nombre Jesús vuelve de su internación por problemas cardíacos, encuentra que amigos y esposa deseaban que no volviera, y que el único que lo sigue es un cobrador. Su salvación es tomar la ficha médica de un homónimo, que tiene una enfermedad terminal, e internarse con otros terminales, a los que termina levantándoles el ánimo. Todo eso, contado con típica picardía boliviana y espíritu raramente cristiano.

En cuanto a actividades paralelas, ninguna agenda da abasto. El viceministro brasileño Osvaldo Senna y otros funcionarios del Mercosur anunciaron un nuevo sistema de asistencia a los productores audiovisuales de la región.

Acompañando un documental sobre su persona, Antonio Tarragó Ros dio un recital de «chamamé dance», como dice humorísticamente. Se presentaron un libro sobre fábricas recuperadas, a tono con documentales como el bien ilustrativo «Abierto por quiebra», y otro, más festejado, de Emilio Bellón, Roberto Fontanarrosa y otros sobre el inspector Clouseau, «No fue nada fácil» (la típica frase de este personaje cuya primera película ya cumple 40 años).

Se lanzó un concurso de cortos contra el sida. El especialista español José Miguel Tarodo, de Egeda, departió con productores locales sobre la defensa de sus derechos en el momento de la recaudación, etc. También se presentó eQuinoxe (así con e minúscula), entidad que provee sustento y orientación a los jóvenes guionistas.

Casualmente la otra película que hubo ayer en competencia, la austríaca
«Antares», se hizo bajo esa guía, y no estaba mal. Aunque, con un acto sexual a los ocho minutos de empezada, tampoco estaría mal disponer una preclasificación que orienteal público, ya que justo había en la sala dos madres judías ortodoxas con sus hijas preadolescentes, que apenas la pareja empezó a desnudarse se fueron indignadas arrastrando a las chicas. Del mismo modo, había un grupo de un colegio religioso con su profesora que también se indignaron y se fueron pero una vez que hubo terminado la escena sexual, cuando la mujer vuelve a su casa y saluda al marido sin mayor problema.

Y ya aparecieron los primeros premios paralelos. Los de Vitrina Argentina al mejor corto de animación, que lograron
Andrea Leiva y Lucila Las Heras con «Tuercas», muy original, hecho en sistema pixilation. A propósito, es curiosa la cantidad de bichos que aparecen en cartelera. El mejor es el corto argentino en competencia oficial «Más que el mundo» (la amistad de un criollito y su perro, interpretado por el conocido Betún), pero también están «El pato Baratucci en Crimen Pasional», «El año de la garrapata», «Cruzaron el disco», «El lobo», «Pajaritos», «Los perros de Pavlov», «Ratoeira», «Perros callejeros», «Temporada de patos», y una larga lista, todos al festival porque el arca de Noé ya cerró hace un tiempo.

A destacar, los anuncios para la 2da. edición del Festival Nacional de Cine de Pinamar, que incluyen acuerdos de intercambio con los festivales de Málaga, Biarritz, y Munich. La Argentina manda un lote con
«Buenos Aires 100 kms» y otras de reciente hornada, y sus colegas mandan las producciones más atendibles de España, Francia, y Alemania. En el anuncio estaba presente el titular del INCAA, Jorge Coscia, que acaba de volver de Chile, donde firmó acuerdos de difusión y coproducción con los trasandinos.

Al cierre de esta edición se estaba realizando el anunciado homenaje al crítico y cineclubista
Salvador Sammaritano, un hombre tan popular en el ambiente del cine, que muchos amigos de Buenos Aires fletaron dos ómnibus para estar presentes en el acto. Para pintarlo, basta con recordar el modo en que lo definió el dibujante de historietas Oscar Ferro: «Muchos te ponen el pie para que caigas. Sammaritano te pone escaleritas para que subas».

Unica mancha, a último momento el aquí casi inédito «Chant d'amour» que iba a cerrar el homenaje, debió ser reemplazado por «Entreacto», que es muy bueno, pero ya casi todo el mundo conoce. Cambios similares están ocurriendo cada tanto durante esta edición, algo que ya se creía superado, y que ciertamente molesta al público. No todo está tan aceitado como se esperaba, y según corrillos ya habría volado alguna cabeza del sector organizativo.

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