Salvador García: "Las plataformas mandan pero no cuidan del todo sus contendidos"

La trama, basada en la argentina "Amar después de amar", será más un policial.

El nudo. La intrigante historia de dos parejas entrecruzadas.

¨Tengo la sensación de que las plataformas no acaban de cuidar los productos. Quieren tener volumen, como un almacén grande para que el espectador desde su casa se encuentre con un amplio y variado menú, pero hay que cuidarlas¨, dice a este diario el director español Salvador García, responsable de algunos capítulos de la serie estreno ¨El nudo¨, que debuta hoy por Atreseries a las 23 y a partir de mañana queda disponible completa en Flow. Se trata de la adaptación de la serie argentina ¨Amar después de amar¨, con producción de Atresmedia junto con Diagonal TV, y gira en torno a dos parejas que se cruzan y viven un amor prohibido. Está protagonizada por Natalia Verbeke, Cristina Plazas, Miguel Fernández y Oriol Tarrasón. Dialogamos con García, además director de la española ¨La caza Monterdido¨.

Periodista: ¿Qué temas aborda la serie y de qué géneros se vale?

Salvador García: La serie está marcada por la intriga, tiene parte de melodrama y habla de las relaciones de familia, la herencia y la amistad. Es una intriga similar a las de Agatha Christie; hasta la última secuencia no se resuelve la trama, hay que esperar ese clímax donde de repente todo gira.

P.: ¿Hay en la serie más rasgos de esa la literatura de suspenso?

S.G.: Me gustó un personaje que es un investigador llamado Godoy, me recuerda al detective de Christie, Hércules Poirot. Él entrevista a todos y va desbaratando las coartadas.

P.: Está construida a partir de tiempos paralelos, rasgo casi obligado en series actuales.

S.G.: Toda la historia es un flashback, entonces cada capítulo está puntuado con entrevistas a los personajes principales en el presente reflexionando sobre lo que ocurrió. El espectador se verá sacudido por sus torpezas al ir pensando que pasó algo cuando lo que ocurrió fue otra cosa. Esas entrevistas muestran cómo sus perspectivas se van trasformando respecto de ese pasado.

P.:¿Cómo conviven las series con el cine?

S.G.: El cine, como lo conocemos, vive una situación muy complicada. En España no llegan grandes producciones norteamericanas a las salas, se estrena mucho cine latinoamericano, europeo, un cine al que en circunstancias normales le costaba llegar. Si bien es interesante, el problema está en que las salas no sobreviven con ese cine; el público está aún muy reticente. Ante la eclosión de series, el cine quedó en un segundo plano y el que se hace es pequeñito, independiente. Hay algunas grandes, pero el volumen de programación lo están haciendo las chiquitas.

P.: ¿Cuál es el desafío de los directores en un contexto dominado por las plataformas?

S.G.: Las series españolas funcionan bien, tienen salida, y las plataformas necesitan alimentarse de producciones. No sé cuál es la manera pero hay que guiar a ese espectador perdido delante de la pantalla frente a un montón de series. Se demora más eligiendo que viendo.

P.: Muchos hablan de la muerte del cine por cuanto las plataformas decidirán qué se filma. ¿Qué opina?

S.G.: Me marcaron Truffaut, Jaques Demy, la Nouvelle Vague y también el gran cine norteamericano clásico. Pero cuando hago series, donde varios directores están al frente de los distintos capítulos, hay que adecuarse al estilo de la serie, que lo impone el director titular. Luego los productores y montajistas suelen decir que saben quién hizo cada capítulo, que se ve un estilo, pero intento formar equipo con compañeros. Nos estamos acercando más a guionistas con mucho peso en las producciones, muchos se convierten en los productores ejecutivos y controlan el proyecto de principio a fin, supervisan el equipo técnico, a los directores, al reparto.

P.: ¿Pero ese director titular a quién responde?

S.G.: Todas las decisiones son aprobadas por la plataforma. Al presentar un proyecto, uno plantea ideas pero casi todas las series tienen supervisión más arriba que el productor ejecutivo. Las plataformas tienen una opinión de mucho peso a la hora de tomar decisiones.