4 de mayo 2009 - 19:21

Simplemente no te quiere

Jennifer Aniston y Ben Affleck, parte del brilloso elenco de la comedia coral «Simplemente no te quiere».
Jennifer Aniston y Ben Affleck, parte del brilloso elenco de la comedia coral «Simplemente no te quiere».
Como «Sex and the city», «Simplemente no te quiere» es una película para mujeres, aunque también puede resultarle entretenida a hombres que quieran pasar más de dos horas asistiendo a conversaciones con conjeturas, artimañas y sugerencias típicamente femeninas.

El guión surgió justamente del best seller de autoayuda publicado por los guionistas de «Sex and the city», Greg Behrendt y Liz Tucillo, con el mismo título de la película, y el agregado «Las no-excusas para entender a los hombres», donde esbozan varias respuestas a la pregunta principal: ¿por qué las mujeres no advierten cuando un hombre simplemente no está interesado?

Esta película coral no sólo recuerda a la serie mencionada sino también, por su estructura, su temática y la cantidad de estrellas que reunió en su elenco, a «Simplemente amor». Claro que aquel film de Richard Custis destinaba una mirada más poética al verdadero amor, mientras ésta aborda con picardía los vínculos entre hombres y mujeres.

Con frescas actuaciones de Jennifer Aniston, Ben Afflek, Scarlett Johansson, Jennifer Conelly, Drew Barrymore y Brad Cooper, la historia que prevalece está a cargo de Ginnifer Goodwin como la desdichada Gigi que trastabilla a cada paso en la búsqueda de su príncipe azul, y Kevin Connolly, como su amigo Conor.

Cada capítulo del film abre con una suerte de falso documental donde gente «común» cuenta alguna experiencia vinculada con los desengaños amorosos, para dar pie a los temas principales: la incomunicación; la imposibilidad de algunas mu-jeres de captar la indiferencia del otro cuando la ilusión es tan fuerte que cualquier hombre es visto como el que por fin va a llevarlas al altar; la infidelidad y sus consecuencias..

La película está bien construida y bien actuada, no decae, cierra algunas historias de modo previsible y otras con alguna sorpresa, pero a lo que apuesta más fuertemente (y funciona) es a la identificación.

Drew Barrymorre, también productora, se reservó el papel más pequeño pero a la vez más rico: el de la consejera sentimental por Internet, que en su propia vida también parece atrapada en la red de mensajes de texto, MySpace, Face-book, y sólo establece contactos virtuales, incapaz de conectarse con alguien real.

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