9 de agosto 2019 - 00:00

Solamente buenos actores no logran sostener una comedia

Una señora judía cree que sus hijos están haciendo carrera en el exterior, y quisiera visitarlos, pero le tiene miedo a los aviones. De hecho se animó a cursos para superar su pánico a volar, pero no pudo conseguirlo Y, como ellos nunca vienen a verla, se le ocurre una idea en el velorio de una amiga: advierte que está plagado de gente que la llora, y en cierto modo la envidia. Así que hace correr la noticia de su muerte porque, se supone que al velorio tendrán que concurrir. Tal, el argumento de esta obra. La idea es buena, y da para una comedia disparatada con una veta sentimental.

El elenco también es bueno, y bien predispuesto: la madre es Bettiana Blum, Lucas Ferraro, Alan Sabbagh, Soledad García son los hijos, y alrededor están Alejandra Fletchner, Roberto Carnaghi, Mirta Busnelli, Regina Lamm, María José Gabin, Gipsy Bonafina. Lo que no es del todo bueno es el libreto, la dirección, la sobreactuación, la caída en reiteraciones, la poca sustancia, y algunas otras cositas por el estilo. Aún así tiene su gracia, entretiene, y el público pasa el rato, un poco con vergüenza ajena.

P.S.

“El día que me muera. Mi gran velorio” (Arg. 2019); Dir.: N. Sánchez Sotelo; Int.: B. Blum, L. Ferraro, R. Carnaghi, A. Sabbagh.

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