4 de diciembre 2006 - 00:00

Subastadoras top disputan el liderazgo del mercado

La Marilyn de Warhol que se vendió por u$s 14,5 millonesen Christie’s el 8 de noviembre, día en que la casa subastadorarecaudó u$s 491,5 millones por tan sólo 78 lotes.
La Marilyn de Warhol que se vendió por u$s 14,5 millones en Christie’s el 8 de noviembre, día en que la casa subastadora recaudó u$s 491,5 millones por tan sólo 78 lotes.
Christie's y Sotheby's están peleando palmo a palmo su posición de líderes en el mercado. La más antigua, fundada en el Siglo XVIII en Inglaterra (Christie's) ha tomado la punta en esta importante competencia para ambas firmas. Se estima que venderá en un año cerca de 3 mil millones de dólares; eso significa aproximadamente 700 millones de dólares en comisiones y posiblemente un buen beneficio cuando termine el año fiscal. En tan sólo seis noches vendió 900 millones de dólares, la semana pasada, y como siempre, han sido el impresionismo, el arte moderno y el contemsporáneo las figuras de las ventas. Los responsables de Sotheby's andan de «capa caída», aunque no debería ser así. Vendieron 500 millones, lo cual es una barbaridad, pero poco frente a su competidor y rival.

La subasta más importante de la historia se realizó el pasado 8 de noviembre cuando Christie's vendió 491,5 millones de dólares por sólo 78 lotes, lo cual da un promedio de 6,3 millones de dólares por lote; un disparate nunca visto. Vendieron una obra de Willem de Kooning en 24 millones y el coleccionista de Hong Kong Joseph Lau compró un retrato de Mao Tsé Tung de Andy Warhol en 17,4 millones. Una pequeña Marilyn Monroe, también realizada por Warhol, se vendió en 14,5 millones.

Como si esto fuera poco, el 15 de noviembre agregaron 19 nuevos récords, y se estima que Christie's aumentó sus ventas en 52 por ciento.

Estas casas de remates han tenido serios problemas judiciales porque han violado en varias oportunidades la ley de defensa del consumidor, cosa que en nuestro país las casas de subastas no conocen y por lo tanto no podemos asignarles ninguna violación, ya que directamente se excusan de toda responsabilidad por todo. Algún día esto cambiará si es que verdaderamente queremos un país «en serio», como dice la propaganda oficial. Muchas veces han subastado obras que son de su propiedad, cosa que está explícitamente prohibida, en otras ocasiones han dado garantía de venta a los vendedores, cosa que tampoco está permitida. Y quizá una de las medidas no admitidas, pero que creemos debería ser lícita, es que dan financiación a los compradores, e incluso a los vendedores ya que al tener ellos la obra de arte tienen todas las garantías.

Hace unas décadas, Alan Bond, un empresario australiano de alto perfil pagó más de 50 millones de dólares por un Van Gogh que hoy valdría tres veces más. Como tuvo problemas financieros, no lo pagó, y finalmente la casa de subastas realizó una operación privada con la Getty Foundation y la obra hoy la podemos disfrutan en Pasadera (California, EE.UU.), en el estupendo edificio y museo que tiene la Fundación, que también está sufriendo el acoso del gobierno italiano, que objeta la compra, por parte de ellos de más de cien obras de arte antiguo que el gobierno sostiene que han salido clandestinamente de su país.

La verdad es que comprar obras importantes hoy en el mundo se ha convertido en una tarea casi imposible; los precios son un disparate y además no sabemos si lo que compramos lo vamos a tener que devolver porque fue mal habido por el anterior propietario. Obsérvese el ejemplo del «Retrato del bebedor de ajenjo», del período azul de Picasso, que hubo que retirarlo de la venta, por más que había ofertas por más de 60 millones de dólares, porque se cuestiona la propiedad de la misma, aunque hace ya una década fue comprada de buena fe en 30 millones. Para evitar conflictos judiciales fue retirada de la subasta del 8 de noviembre y siempre nos quedará la duda si no se hubiera convertido en la pintura más cara del mundo.

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