Las consultoras y entidades financieras que participaron del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de julio recortaron sus pronósticos de devaluación del tipo de cambio mayorista. Según los datos difundidos este viernes por el Banco Central (BCRA), el mercado espera que el dólar culmine el año en los $86,4, cuando previamente se esperaba un valor de $88 para fin de año.
¿A cuánto estará el dólar a fin de año?
Las consultoras y entidades financieras que participaron del REM de julio redujeron $1,6 sus expectativas para el dólar de fin de año.
Sin conocer todavía el acuerdo para la reestructuración de la deuda bajo ley extranjera, que se confirmó el 4 de agosto, los analistas estimaron que el Gobierno va a tratar de mantener acotados los cambios en esta variable muy sensible para los argentinos.
Respecto al REM de junio, los analistas corrigieron a la baja sus proyecciones de devaluación, principalmente para el último trimestre del año. Mientras en el relevamiento anterior se estimaba una depreciación del 4,9% para octubre y otra del 4,2% para noviembre, en el REM de julio la suba esperada para octubre es del 4,4% y la de noviembre es del 2,8%.
De esta manera, la variación interanual nominal prevista para 2020 es de 44,4%. Paralelamente, la proyección para fines del año 2021 arrojó un valor de $123,2 por dólar, lo cual significaría un incremento del 42,6% anual.
Cabe recordar que, actualmente, el BCRA está regulando de manera bastante previsibles las subas del dólar mayorista, que en esta jornada cerró en los $72,77. En el acumulado de mayo trepó un 2,5%, en junio un 2,8% y en julio un 2,6%.
No obstante, no deja de alarmar el hecho de que en el último mes, y en lo que va de agosto, la autoridad monetaria tuvo que vender cerca de u$s600 millones para mantener el tipo de cambio en los niveles deseados.
Los analistas sostienen que el trato por el canje de la deuda externa que anunció el Gobierno esta semana debería significar un alivio para la brecha cambiaria y para la demanda de dólares.
Para reducir esta presión, el Central también corrigió nuevamente la tasa de interés mínima para los depósitos a plazo fijo en pesos, que ahora es equivalente al 87% de la tasa de Leliqs. Con esta medida, se busca dar mayores incentivos a las inversiones en moneda local.
Muchos de los analistas consultados por este medio en las últimas semanas venían señalando que una vez que se cierre la reestructuración de la deuda habrá un achicamiento en la brecha. Sin embargo, en las últimas horas muchos economistas empiezan a advertir que las idas y vueltas del Gobierno respecto de si se iba a quitar o no el cupo de los u$s200 para ahorro aumentaron el disconformismo del mercado y volvieron a agregarle nafta al contado con liqui.
“Las condiciones macroeconómicas están dadas para que haya una depreciación del peso: hay emisión de moneda y creciente caída de la demanda de pesos, que se mantenía estable por la cuarentena”, resumió el director de la consultora DNI, Marcelo Elizondo. Y añadió: “Las condiciones se agravan por la escasez de dólares y la propia alarma que el Gobierno crea cuando dice ‘puede ser que interrumpimos la venta de u$s200”.
En línea con estas palabras, el analista financiero Christian Buteler sostuvo: “Este fin de semana el Gobierno generó un ruido innecesario al tipo de cambio con la posibilidad de suspender la venta de los u$s200. Y para peor estuvo en boca del Presidente. Eso claramente no ayuda para calmar al dólar blue y disminuir la brecha. Claramente no está en línea con tranquilizar la economía como dice el ministro de Economía”.
También existen condiciones técnicas que empujan las cotizaciones paralelas, En ese sentido, Maximiliano Suárez, de Grupo Bull Market, explicó. “Hay una oportunidad de arbitraje en el sentido de que el canje de ley local abrió la puerta para cambiar bonos en dólares por bonos CER y resulta más beneficioso acceder por esta vía que hacerlo directamente a través del mercado”. De esta forma, la adquisición de bonos dolarizados podría empujar las cotizaciones financieras. Sin embargo, Suárez advirtió: “Pero no es menos cierto que el tipo de cambio también se arbitra y hay muchos bonos en dólares que no entran en el canje por Boncer y que debieran funcionar como ancla o valor de referencia al tipo de cambio implícito de los bonos que sí entran en el canje. Con lo cual el efecto arbitraje puede explicar alguna discrepancia temporal, pero no una tendencia ni tampoco un nivel de tipo de cambio”.
El analista de Bull Market mencionó que los principales motivos para las subas del MEP y el CCL están vinculadas a “el factor monetario, fiscal y el rol de las expectativas”. Y añadió: “Aún con super cepo al atesoramiento y la economía parada, el BCRA restringe importaciones y amenaza con cercenar el cupo de ahorro. Pese a lo cual, continúa el drenaje de reservas, con un nivel de reservas líquidas que nadie conoce a ciencia cierta pero que se estiman entre u$s 4.000 y u$s 8.000 millones, muy por debajo de lo que un país como Argentina necesita para funcionar”.
Por último, Suárez agregó: “Las tasas en pesos tampoco ayudan mucho, porque si bien están cerca de empatarle a la inflación observada, algo que se venía reclamando hace rato, no tienen en cuenta el rol de las expectativas en las decisiones económicas”.
Ahora bien, ¿qué puede hacer el Gobierno para frenar la brecha entre el oficial y los paralelos? La economista jefe de Fundación Capital, Irina Moroni, señaló: “Se debería generar una mayor oferta de divisas, que Anses y el BCRA arbitren con títulos, y generar nuevos instrumentos en pesos más atractivos, con nuevos índices”.
En tanto, Fernando Marengo, de Arriazu Macroanalistas, consideró: "Más brecha genera más apetito por dólares de importaciones y menos por liquidar exportaciones, por lo que termina impactando en reservas. La brecha se calma cuando no hay más expectativa de depreciación. Puede ser que se dé porque haces las cosas bien o porque el CCL alcanza un nivel excesivamente alto y el mercado piensa que ya está muy depreciado".
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