Más tarde, en la esquina de Chacabuco y Belgrano, la zona donde se desempeñaba Garrido, se descubrió un busto con su imagen.
Además, un ex colega y director de televisión suyo presentó un documental sobre su vida.
Según el resultado final de la autopsia, Garrido, de 61 años, recibió dos balazos de su propia arma y otros dos del otro revólver cuando quiso evitar un asalto al local de venta de ropa masculina "Kevingston" situado en Chacabuco 361, a la vuelta de los tribunales de San Isidro.
Los asesinos confesos de Garrido, Ernesto Luque y Débora Acuña, fueron detenidos a horas de la ejecución de Garrido y en su casa se hallaron las dos armas utilizadas para cometer el ataque, entre ellas la del propio policía. Fueron condenados a cadena perpetua.
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