25 de febrero 2024 - 12:00

De vuelta a casa: Paul McCartney recuperó un bajo que le robaron 51 años atrás

Se trata de un instrumento que el propio ex miembro de The Beatles le tuvo un gran aprecio desde que la compró en 1961.

Insolito bajo de Paul McCartney

Insolito bajo de Paul McCartney

El bajo Höfner robado que perteneció a Paul McCartney y se utilizó en la grabación de los dos primeros álbumes de The Beatles fue recuperado después de 51 años. Este insólito episodio sin dudas generó alegría entre los fanáticos debido a la importancia simbólica del instrumento.

El bajo fue robado en 1972 y recuperado en 2024

El bajo fue robado de una furgoneta en la zona londinense de Notting Hill en octubre de 1972, según informó el equipo de búsqueda, basándose en información recopilada durante su investigación.

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Bajo Höfner

Bajo Höfner

Nick Wass, uno de los fundadores del equipo de búsqueda, mencionó que el bajo estaba "algo dañado", con una grieta en el mástil y un puente dañado que necesitaría ser reemplazado, además de pastillas que ya no funcionaban. Sin embargo, agregó que "se pueden reparar, el mástil se puede arreglar y podemos hacer que sea tocable nuevamente".

En 2015, una guitarra que había sido robada al fallecido John Lennon en la década de 1960 se vendió por 2,41 millones de dólares en una subasta en Beverly Hills, California. La persona que la poseía afirmó que la adquirió sin conocer su conexión con Lennon. En una posible subasta de este instrumento de McCartney, su precio podría ascender hasta las 10 millones de libras esterlinas.

¿Por qué era un instrumento especial para Paul McCartney?

Este instrumento fue comprado por Paul McCartney en 1961, antes del salto definitivo a la fama de The Beatles. En aquel entonces, la banda estaba de gira por Alemania, con Hamburgo como uno de sus destinos más frecuentes, y este periodo se considera crucial para su ascenso en la industria musical.

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Paul McCartney con su bajo

Paul McCartney con su bajo

Durante esos años, mientras viajaban de Londres a Hamburgo y viceversa, coincidiendo casi en paralelo con su encuentro con Brian Epstein en The Cavern, que marcó su conexión definitiva con las discográficas, Paul se interesó por este bajo y lo incorporó a su colección de instrumentos.

Según relató McCartney en varias entrevistas, quedó cautivado por el diseño del bajo, que tenía una notable semejanza con un violín. En aquel entonces, pagó 30 libras esterlinas por el instrumento, equivalente a unas 31 mil pesos actuales, mientras que su valor actual sería de alrededor de 800 libras esterlinas, aproximadamente 850 mil pesos.

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