Según el informe de la Evaluación de la educación secundaria en Argentina 2019, en el segundo semestre del 2019, el 53% de la población de hasta 17 años residía en hogares cuyos ingresos no llegaban a cubrir la canasta básica total. Se trata de adolescentes que viven en situación de pobreza según la definición del INDEC, una realidad que se agravó en el 2020 debido a la pandemia del Covid-19.
Grave: la mitad de los estudiantes secundarios viven en hogares pobres
El ministro de Educación, Nicolás Trotta, junto con la secretaria de Evaluación e Información Educativa, Gabriela Diker, presentaron hoy los resultados de la Evaluación sobre la educación secundaria en Argentina 2019. Estas cifras se agravaron en 2020 teniendo en cuenta la crisis económica provocada por la pandemia.

Se presentaron los resultados de la Evaluación sobre la educación secundaria en Argentina 2019.
El ministro de Educación, Nicolás Trotta, junto con la secretaria de Evaluación e Información Educativa, Gabriela Diker, presentaron hoy los resultados de la Evaluación sobre la educación secundaria en Argentina 201. El documento describe la situación social y familiar, los recursos y condiciones de las escuelas, el acceso de los estudiantes a la educación, y los niveles de aprendizaje alcanzados en el último año del nivel secundario en la evaluación Aprender 2019.
El 67% de los establecimientos son estatales, el 21% son rurales y el 14% pertenecen a la modalidad técnico profesional. Un tercio de la población de entre 16 y 17 años realiza al menos una actividad productiva, es decir, que desarrolla tareas para el mercado, para autoconsumo y/o actividades domésticas de alta intensidad. El abandono escolar de adolescentes del ámbito urbano que realizan este tipo de actividades productivas triplica al de los adolescentes que no trabajan, asegura el informe.
Mientras las mujeres jóvenes realizan con más frecuencia actividades domésticas que los varones jóvenes (19% mujeres y 8 % varones), la relación se invierte en las tareas vinculadas al mercado (23% varones y 13% mujeres).
A su vez los indicadores muestran en 2019 un descenso en la inversión en el nivel secundario. En 2019, se destinó a la educación un 4,8% del PBI, lo que expresa una disminución de 1,3 puntos porcentuales respecto al 2015. Los salarios docentes, también vieron reducido su poder adquisitivo: un 20% entre el 2017 y el 2019, ilustró el informe presentado por Trotta.
El 43% de las escuelas secundarias que participaron del operativo no disponen de desagüe de red o cloaca (51% estatales, 27% privadas, 85% rurales y 29% urbanas) y el 16% no tienen agua de red pública (19% estatales, 10% privadas, 36% rurales y 10% urbanas). El 22% de las escuelas tampoco cuenta con acceso asfaltado (29% estatales, 10% privadas, 58% rurales y 11% urbanas).
Los recursos tecnológicos menos utilizados son el carro digital y las tablet (el 90% de estudiantes nunca los utilizan); mientras que las computadoras y las notebook/netbook tienen una presencia algo mayor (32% y 36% las utilizan a veces, respectivamente), aunque alrededor de la mitad no las emplea para trabajar en clase (54% y 48%, respectivamente). Más del 90% utiliza el celular en sus clases, pero el 45% señala que sus docentes no permiten su uso en el aula.
El 95,4% de los adolescentes de 12 a 17 años asistía a la escuela en 2019, según surge de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec. Este indicador de asistencia creció dos puntos desde el año 2011, último dato disponible, cuando su valor era 93,4%. Por otra parte, en el grupo de adolescentes de 16 a 17 años el porcentaje de quienes no asisten a la escuela alcanza al 10,3% en los principales aglomerados urbanos.
En el año 2018, la tasa de promoción efectiva del nivel es del 81,3%. Es decir, 8 de cada 10 alumnos promueven el año de estudio que están cursando, lo que consolida un incremento de la promoción efectiva entre 2011 y 2018 de 4 puntos porcentuales. Por su parte, la tasa de repitencia 2018 se mantiene estable en torno de un 10% desde 2011. La tasa de abandono interanual 2018 alcanza al 8,7% de los estudiantes. Entre 2011 y 2018, se observa un descenso de 3 puntos en este indicador.
En 2019, el 63% de la población de entre 18 y 24 años logró finalizar el secundario. La comparación con el año 2011 indica un incremento de 5 puntos porcentuales en esa proporción. Sin embargo, las brechas de finalización de la secundaria según el nivel de ingreso de los hogares de los jóvenes son marcadas. En 2019, mientras el 91% de jóvenes de los hogares de mayores ingresos había finalizado el nivel, sólo 43% lo había hecho en grupo de menores ingresos.
Los resultados de Aprender 2019, en el área de Lengua no se advierten variaciones significativas desde la anterior medición de la prueba Aprender en 2017, mientras que en Matemática la estabilidad de los resultados desde el ONE 2013 resulta muy preocupante.
En 2019, los estudiantes que no alcanzaron un nivel básico de desempeño son el 42,8% en Matemática; el 18,6% en Lengua; el 16% en Educación Ciudadana; y el 6,5% en Ciencias Naturales. Estos porcentajes delimitan un grupo de estudiantes del último año de la secundaria que no pudieron dar cuenta en la prueba del mínimo de capacidades y contenidos que prescriben los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios. Matemática es la disciplina en la que se evidencian las mayores dificultades y en la que sólo el 28,6% alcanzó un desempeño satisfactorio o avanzado.
Sobre las temáticas de Educación Sexual Integral el 92% de estudiantes afirma que se trataron al menos uno de los temas de ESI. Sin embargo, se registran diferencias en los modos de abordar el tema. El 55% de las y los estudiantes aseguran que son temas abordados en clases especiales, el 30% dijo que se realizan clases con asistencia de invitados/as y un 25% señala que el abordaje es bajo la dirección del equipo de la escuela. Mientras tanto, el 17% asegura que son temas trabajados como una materia más, y solo el 16% que su tratamiento es transversal; tal como marca la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral.
El ministro, Nicolás Trotta, destacó que "el objetivo de la evaluación es generar y sistematizar evidencias sobre la situación de la educación secundaria argentina hacia 2019, para valorar en qué medida el Estado está cumpliendo con los mandatos establecidos por las normativas vigentes que establecen que se debe garantizar el derecho a la educación en el nivel secundario".
Por su parte, la secretaria de Evaluación e Información Educativa, Gabriela Diker, consideró: "Desde el inicio de la gestión nos propusimos generar una mirada más amplia para evaluar el sistema educativo, con mayores indicadores y fuentes diversas necesarias para sustentar con evidencia las políticas educativas que permitan asegurar el derecho a la educación de calidad para todos y todas, con independencia de su condición de origen. Este informe es un nuevo aporte en esa dirección".
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