La fiscalía de Salta solicitó una condena de 14 años de prisión efectiva para Leonardo Cositorto, fundador de Generación Zoe, por su presunta responsabilidad como jefe de una asociación ilícita y autor de estafas reiteradas en concurso real.
La fiscalía pidió 14 años de prisión para Leonardo Cositorto por estafas de Generación Zoe
Lo acusan de liderar una asociación ilícita que causó un perjuicio de más de $776 millones.
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El pedido fue formulado por la fiscal Ana Inés Salinas Odorisio, quien también requirió prisión preventiva para Cositorto y otros implicados en la causa.
El pedido fue formulado por la fiscal penal subrogante de la Unidad de Delitos Económicos Complejos (UDEC), Ana Inés Salinas Odorisio, quien también requirió prisión preventiva para Cositorto y otros implicados en la causa.
Según detalló el Ministerio Público Fiscal (MPF), el esquema de estafas –basado en el modelo Ponzi– habría producido un perjuicio de $776.834.153 a los damnificados. La fiscal destacó que durante el juicio se escucharon más de 100 testimonios que permitieron acreditar la existencia de una estructura organizada para captar fondos de inversores sin respaldo legal.
Otros acusados
Junto a Cositorto también fueron imputadas otras personas vinculadas a Generación Zoe. La fiscalía pidió las siguientes penas:
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Ricardo Gabriel Isaac Vilardel: 8 años de prisión
Jorge Federico Vilardel: 6 años
Ana Lucía de los Ángeles Vilardel: 4 años
Vilma Griselda Albornoz: 3 años y 6 meses
Todos enfrentan cargos por asociación ilícita y estafas continuadas, en concurso real. Además, Salinas Odorisio solicitó que se investigue por falso testimonio a Daniel Flores Jiménez, quien habría incurrido en inconsistencias durante su declaración.
De acuerdo al alegato fiscal, el entramado delictivo liderado por Cositorto funcionaba con roles específicos y estaba presente en distintas provincias, incluyendo Córdoba, Salta, Santa Fe y Buenos Aires. En esos lugares operaban las oficinas de Zoe, donde se convencía a nuevas víctimas de invertir con la promesa de altos retornos.
La fiscal remarcó el papel central de los hermanos Vilardel, quienes mantenían contacto directo con los clientes. También subrayó el rol del propio Cositorto, quien mediante técnicas de coaching ontológico manipulaba emocionalmente a los asistentes de sus charlas y conferencias para captar inversores.
Cómo funcionaba el esquema de Generación Zoe
El entramado fraudulento de Generación Zoe se basaba en un clásico esquema Ponzi, un método ilegal de inversión en el que el dinero aportado por los nuevos inversores se utiliza para pagar supuestos rendimientos a los inversores anteriores, sin que haya una actividad productiva real o respaldo financiero.
En este caso, los integrantes de la organización, liderados por Leonardo Cositorto, operaban desde varias oficinas distribuidas en Córdoba, Salta, Santa Fe y Buenos Aires, donde captaban a nuevos clientes mediante charlas, conferencias y encuentros personalizados. A través de técnicas de coaching ontológico y discursos motivacionales, lograban generar confianza y persuadir a las víctimas para que invirtieran sumas de dinero bajo promesas de altas ganancias.
Sin embargo, el dinero de los inversores no se destinaba a negocios legítimos, sino que se usaba para pagar a quienes ya habían invertido, manteniendo así la apariencia de rentabilidad. Este mecanismo solo puede sostenerse mientras ingresen nuevos fondos, y cuando la captación se ralentiza, el sistema colapsa, dejando a la mayoría de los inversores con pérdidas millonarias.
La fiscalía probó que esta maniobra fue coordinada mediante roles específicos dentro de la organización, y que la asociación ilícita funcionó con una estructura que aseguraba la captación constante y el mantenimiento del fraude durante un tiempo prolongado.
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