2 de marzo 2005 - 00:00

"La orden era hacer vista gorda con SW" (Beltrame)

El juez Carlos Liporace ratificó ayer que el comodoro Alberto Beltrame «no está vinculado» en la causa del contrabando de drogas. El aviador cumplió la orden del presidente Kirchner y ayer se presentó ante la Justicia.
El juez Carlos Liporace ratificó ayer que el comodoro Alberto Beltrame «no está vinculado» en la causa del contrabando de drogas. El aviador cumplió la orden del presidente Kirchner y ayer se presentó ante la Justicia.
Fortísima declaración ayer del desplazado jefe del Aeropuerto de Ezeiza, comodoro Alberto Beltrame. El aviador cumplió la orden del presidente Néstor Kirchner y contó su verdad de lo que ocurría en Ezeiza. Pero el comodoro no se privó de dar detalles. El juez Carlos Liporace hubiese preferido sufrir de sordera antes de escuchar que «los muchachos» encargados de controlar la seguridad del aeropuerto internacional tenían la orden de «no tocar» los aviones de Southern Winds. Dicho de modo vulgar: «hacer la vista gorda».

«Las órdenes llegaban de arriba. La empresa tenía especiales excepciones que no se hacían con otras compañías», declaró Beltrame padre.

-¿Quiénes eran los que daban las órdenes? -interrogó el juez.

-Los de arriba, ustedes ya saben. Uno se metía con la empresa y le daban la baja -remató Beltrame.

El ex jefe de Ezeiza evocó la sanción que le impuso el ministro del Interior, Aníbal Fernández, y el caso del brigadier Heriberto Rossi, relevado de su cargo en 2003 porque demoró un avión que tenía como pasajera a la esposa del secretario de Transporte, Ricardo Jaime.

Beltrame
explicó cuáles eran sus funciones como jefe de aeropuerto, ratificó sus diferencias con Southern Winds y se quejó de la sanción que le impuso el gobierno, afectando su legajo.

• Vuelos irregulares

«A veces partían vuelos que no estaban en condiciones y sin la recomendación de la Aeronáutica, pero llegaban las órdenes y salían», se explayó el militar.

El comodoro
Beltrame fue separado de su función porque su hijo Walter aparece como involucrado en el contrabando de 60 kilos de cocaína a España. El joven era empleado de la aerolíneas SW, en un sector inventado por la compañía que fue denominado «atención de pasajeros frecuentes». Estuvo 50 días prófugo y se presentó a declarar responsabilizando a los directivos de la línea aérea del envío de cuatro maletas con drogas.

«Yo
no tengo nada que ver con el narcotráfico y no tenía una relación directa con mi hijo», reseñó.

Liporace
contó que el comodoro se encontraba « abatido» y que había rechazado la oferta presidencial de otorgarle una custodia a su familia.

Se dijo convencido de que
Beltrame «desconocía absolutamente todo» del caso. Remarcó que «nada de lo que diga un padre puede ser usado contra su hijo» y volvió a señalar que el aviador «no está vinculado directamente a la exportación de valijas».

Insólita sentencia oral «dictada» por este magistrado en la escalinata de los Tribunales y sin mostrarprueba alguna. Como si esperase que le reprochen adelantar juicios y que le saquen la causa.

Una copia de lo que dijo el militar será remitida a la Oficina Anticorrupción, que comanda
Alejandro Rúa, para que se investigue quiénes daban la órdenes que favorecían a la empresa Southern Winds.

Los abogados
Stella Maris Castelli y Ricardo Russian aseguran que el comodoro «no mencionó a ningún funcionario». No fue necesario; en una indagatoria de siete horas, su hijo Walter se encargó de señalar a Jaime como el «jefe» de la aerolínea que llevó la droga a Madrid.

«Si
la empresa no hacía lo que pedía Jaime, perdía los subsidios», sostuvo Beltrame hijo y recordó que el secretario de Transporte tenía el poder de bajar a un pasajero embarcado.

Kirchner
abundó ayer en el caso del narcotráfico durante la inauguración de las actividades parlamentarias. Defendió la «forma drástica» con la que actuó su gobierno con los responsables del aeropuerto más importante del país. Y lo señaló como un caso testigo de corrupción «en el que estaría involucrado el hijo del jefe aeronáutico del aeropuerto e integrantes de una empresa privada».

Nada dijo el Presidente, en cambio, de investigar a Jaime o de la denuncia que por encubrimiento pesa sobre el ministro del Interior, Aníbal Fernández. Se trata de dos «pingüinos auténticos» que aparecen directa o indirectamente implicados en el caso.

Pero no serían los únicos funcionarios que tienen extraños vínculos con Southern Winds. El senador
Gerardo Morales le acaba de pedir al gobierno que informe acerca de la relación que existe entre la Secretaría de Turismo y la aerolínea SW.

Sucede que a
Carlos Aime, que es el coordinador general de Promoción y Desarrollo de la Secretaría de Turismo, lo une un lazo familiar con la polémica empresa.

El senador
Morales tiene información de que la revista «Winds», realizada y explotada comercialmente por la empresa Prime Marketing Editorial, es dirigida por Mercedes Aime, hija de ese funcionario, y una sociedad familiar integrada -al parecer-por Carlos y Jorge Daniel Aime.

El senador radical, que ya presentó una denuncia penal contra
Jaime, agrega que el gerente comercial de la citada revista «es pariente cercano» de otro funcionario de Turismo.

Según una denuncia de
Margarita Stolbizer, cuatro funcionarios de esa cartera (Daniel Aguilera, Carlos Aime, Daniel Sartori,Alejandro Olmos y Leonel Villela) cumplían funciones ejecutivas en SW antes de incorporarse al organismo. Además, señaló como curiosidad que SW tenga como domicilio la calle Suipacha 1111, que es la sede de la Secretaría de Turismo de la Nación.

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