16 de agosto 2022 - 00:00

Luz Larenn: el salto de las redes a la fama con el género policial

Una editora la descubrió en Instagram y, desde entonces, se convirtió en autora de una saga que ya lleva tres títulos. Acaba de publicar “Claroscuro”, donde sigue a la psicóloga forense Audrey Jordan.

luz larenn. Acaba de presentar su tercer thriller, “Claroscuro”.
luz larenn. Acaba de presentar su tercer thriller, “Claroscuro”.

Al mismo tiempo que sus novelas breves en las redes llegaban a 25.000 seguidores, Luz Larenn era convocada para llevarla al libro. El más reciente es “Claroscuro” (El Ateneo), tercer thriller de la saga de la psicóloga forense Audrey Jordan. Larenn es el seudónimo que eligió la porteña Luz Angeloni “como, entre otras cosas, un homenaje al rey Stephen King, porque Larenn en haitiano quiere decir reina”. Es licenciada en Relaciones Públicas y trabaja como capacitadora y coach en empresas. Sus novelas anteriores fueron “A(r)mame” y “Replícas”. Dialogamos con ella.

Periodista: Llegó al libro por las redes.

Luz Larenn: Cuando ya tenía una cuenta una cuenta que fue creciendo a raíz de comentar mi primera maternidad me atreví a mostrar lo que escribía en ficción. Tuve la suerte de que una de mis lectoras estuviera trabajando en ese momento en El Ateneo y le hablara de mis relatos a una editora de ese sello, que me empezó a leer y le gustó lo que escribía. Yo no tenía contacto alguno con el mundo editorial, y no pensaba ir a golpear puertas para ver cómo editar ni en la autopublicación, aunque me parece un proceso hermoso. Cuando la editora me preguntó si tenía material que ella pudiera leer justo yo había terminado “A(r)mame”, mi primera novela.

P.: La primera policial, las de las redes eran románticas.

L.L.: Sí, algunas sí. Las románticas se basan en historias reales que me han compartido algunas de mis lectoras, que le habían sucedido a ellas o sus conocidos y que querían que las contara porque eran inspiradoras. Pero la primera ficción que publiqué en Instagram, que fue la que leyó mi editora, fue “Doble L” y es policial. La ficción romántica no me sale tanto como el thriller, de chica me encerraba a ver películas de terror como la saga de Freddy Krueger. Después de ser atrapada por Stephen King, a la hora de leer siempre elijo el suspenso. Agradezco al thriller que me ha hecho llegar a muchos lectores. Me parece importante explorar el género desde una perspectiva femenina, sobre todo cuando a cada momento nos enteramos de algún femicidio.

P.: ¿Cómo llegó a la psicóloga forense?

L.L.: Cuando escribía en Instagram me aparecían personajes fuertes que sentía que tenía que reservarlos para mi novela en papel y no dejarlos en una novela de las redes que no me permitía extenderme y desarrollar el personaje y la historia en la dimensión que necesitaban. En “A(r)mame” aparece Audrey Jordan, la psicóloga, sin familia ni amigos, en licencia por estrés, que debe enfrentar el asesinato de Juliet, una mujer extrañamente idéntica a ella. Sus vidas son polares, son como el yin y el yan. Audrey se vuelve forense tomando la identidad de la psiquiatra forense que faltó a la escena del crimen. Como Audrey tuve que estudiar la mente criminal, algo que me apasiona. Por suerte tengo muchos colegas que están en el mundo de la criminalística.

P.: ¿Por qué todo ocurre en Estados Unidos? Esa primera novela pasa en Nueva York.

L.L.: Es circunstancial. Me gusta explorar escenarios que no son los que más conozco vivencialmente. Sí he viajado mucho a Estados Unidos, sobre todo a Manhattan. Dan Brown dice “me gusta al escribir viajar a un lugar al que no he ido”. La saga de Audrey se dio en Estados Unidos, como otra se puede dar en otro lugar del mundo, en España o la Argentina, si es el escenario que reclaman los acontecimientos. Audrey vive en Estados Unidos, así que la dejaría ahí, si es que reaparece en una cuarta novela. Y en algún relato me gustaría explorar algo que no tenga geografía para que el lector le ponga la locación, se imagine donde transcurre la historia.

P.: Como en ciertos best sellers estadounidense en “Claroscuro” hay al final un “bonus track” de la música y los cuadros que deben acompañar a la novela.

L.L: Me gusta el cine, las experiencias 4 D, acaso por esas notas finales sirven para que la lectura trascienda hacia otras formas de arte. La música, por caso, puede dar a ciertas escenas un dramatismo, dar otra dimensión a la lectura. También me ayuda a traspasar el libro contar lo que estaba escuchando mientras escribía. En “Claroscuro” en principio había puesto cada capítulo con el nombre de un cuadro, pero sentí que faltaba el link para que se entendiera el sentido, y mi editora me propuso este apartado final.

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