Al llegar el momento de pelar una mandarina, la mayoría actúa por instinto y saca la cáscara, separa los gajos y, muchas veces, se descarta esa especie de telita blanca que los recubre. Sin embargo, esto que suele ir directo al tacho es en realidad, lo mejor que ofrece esta fruta.
Esta es la parte más saludable de la mandarina y todos la tiran
Pocas personas aprovechan este componente fibroso, lleno de nutrientes y con un efecto muy positivo en el colesterol.
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Esta parte de la mandarina siempre se descarta pero en realidad es muy buena para tu salud.
Lo que muchos no saben es que esa parte menos atractiva a la vista esconde un gran beneficio nutricional que supera ampliamente al resto del fruto. Consumirla no solo es seguro, sino que también es altamente recomendable para tu salud.
Albedo: la parte blanca de las mandarinas que son beneficiosas para tu salud
Esa fibra blanca que rodea los gajos, conocida como albedo, no es simplemente un resto de la cáscara ni algo desechable. Se trata de un tejido vegetal lleno de beneficios, ya que contiene altos niveles de pectina, una fibra natural que ayuda a disminuir el colesterol malo en sangre y hasta mejora la digestión.
Además, este componente contiene hasta veinte veces más compuestos fenólicos que la pulpa. Estos compuestos funcionan como antioxidantes, es decir, ayudan a combatir el envejecimiento celular y fortalecen el sistema inmunológico.
Otra gran ventaja del albedo es que potencia el efecto de la vitamina C presente en la mandarina. Al actuar en conjunto, estos nutrientes colaboran en la prevención de enfermedades y en el mantenimiento general del organismo, especialmente durante el invierno.
Muchos desechan el albedo por su textura o por pensar que tiene mal sabor. La realidad es que su presencia en la boca es casi imperceptible cuando se consume junto con los gajos. Además podés incorporarlo en jugos, ensaladas frutales o incluso al preparar postres en una freidora de aire es una gran forma de sumar valor nutricional sin esfuerzo.
Así también como se empezó a valorar la cáscara del limón para darle sabor a preparaciones dulces y saladas, el albedo de la mandarina también merece su lugar en la cocina y en nuestra alimentación diaria. La próxima vez que peles una mandarina, pensalo dos veces antes de sacar las hebritas blancas. Tu cuerpo te lo va a agradecer.
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